BLOGOSFERA
Mujer y economía sostenible
Jesús Caldera estuvo en Málaga la semana pasada. No pude coincidir con él, pero hay que reconocer su trabajo y liderazgo al frente de la Fundación IDEAS, desde la que lanza propuestas e informes para abordar, con una perspectiva progresista, los debates y retos más actuales, los dilemas de la socialdemocracia en un mundo inseguro y cambiante.
El documento más reciente de la Fundación IDEAS se titula Mujer y economía sostenible: balance y perspectivas, y lo firman dos mujeres (Reyes Maroto y Asunción Candela) y un hombre (Carlos Mulas-Granados). Cuando hablamos de mujer y de economía en igualdad podemos tratar muchos asuntos: desde las diferentes tasas de actividad hasta la brecha salarial, pasando por el techo de cristal (o también los zapatitos de vidrio que tan bien define Celia Amorós) o las políticas activas de empleo o la reforma de las pensiones. Las mujeres han accedido tradicionalmente a empleos más precarios, peor pagados y con menos recorrido que los varones, y los efectos secundarios de esta estructura laboral también les pasa factura a la hora de ejercer sus derechos, como cobrar una prestación por desempleo (que será menor y más corta en el tiempo) o una pensión (calculada a partir de biografías laborales inestables).
Por ello, la lucha por la igualdad en el ámbito de la economía tiene mucha discusión y recorrido. La masiva incorporación de la mujer a los estudios universitarios y al mercado de trabajo en posiciones de mandos intermedios choca frontalmente con una extendida cultura que defiende los papeles tradicionales y los roles más conservadores. Y con ello no sólo se corta de raíz el esfuerzo y el sacrificio de miles de mujeres preparadas y cualificadas: también se condena a mantener un modelo productivo que da la espalda a la innovación y al aprovechamiento del talento, perpetuando la desigualdad y la injusticia de género.
El documento de la Fundación IDEAS apuesta por los sectores de la economía sostenible y la corrección de estas desigualdades. Hay que aumentar el empleo femenino, y corregir la brecha salarial. Este escenario no es inalcanzable, ya que en los mejores años de bonanza estaba claro que la economía española sólo podía seguir creciendo a partir de la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo. Así que la idea ahora novedosa es que, en un escenario como el actual, no se debe apostar por la una salida a la crisis que descanse de nuevo sobre los hombros y las espaldas de las mujeres, sino que debe ser una salida sostenida sobre la consolidación de los derechos de las mujeres trabajadoras.
He echado de menos en las referencias los trabajos de María Pazos, publicados por el Instituto de Estudios Fiscales, mucho más reivindicativos. Pero se trata de un documento el de IDEAS- que invita a la reflexión y contribuye al debate. Desde ese deseo progresista de mejorar las cosas para que todo mejore, sin dejar a nadie atrás, ni a un lado. Y aunque el resultado final pueda parecer obvio, la realidad nos demuestra día a día que nada lo es. Y mucho menos algo tan importante como la igualdad.