BLOGOSFERA

Juan Alcover Robles

Alza tu voz, no el nivel del mar


El Día Mundial del Medio Ambiente es una de las herramientas principales de las Naciones Unidas para impulsar la sensibilización por el medio ambiente, en todo el mundo. Se celebra cada año el 5 de junio.

El año pasado, el Día Mundial del Medio Ambiente fue citado en un total de 200.000 entradas de blogs y en más de 26.000 artículos de prensa publicados únicamente entre el 1 y el 10 de junio de 2013.

De los 200 millones usuarios activos de Twitter, el Día Mundial del Medio Ambiente se convirtió en "trending topic" de al menos 15 países durante el 5 de junio, provocando a su vez una cifra estimada de 47,6 millones de impresiones en Facebook. Porque el medio ambiente importa.

El lema de este año, “alza tu voz, no el nivel del mar”, está relacionado con uno de los grandes retos al que nos enfrentamos, el cambio de nuestro clima.

El Consejo Intergubernamental sobre Cambio Climático, organismo de la O.N.U. que reúne a cientos de expertos en clima de todo el mundo, ha proyectado que para el año 2100 la temperatura mundial promedio muy probablemente habrá subido entre 1.8º y 4º C adicionales. A partir de una subida de 2 grados, las consecuencias se consideran muy graves para el planeta, sus ecosistemas y nuestra calidad de vida actual.

Las medidas para evitarlo van desde la reducción de emisiones ligadas a la producción y consumo energético en todas las actividades humanas (industria, transporte, agricultura, vivienda,...) a frenar la deforestación y fomentar la reforestación, pasando por un cambio de las pautas individuales de conducta.

Y llegado este punto, nos tenemos que preguntar, ¿Qué clase de ciudades, pueblos, montes o playas les queremos dejar a nuestras próximas generaciones? ¿Acaso el Partido Popular se ha parado a pensar el daño que hace con su moratoria sine die al desarrollo de las energías renovables, o su posicionamiento favorable, por delante de cualquier otro país de la UE, a la explotación del fracking? Seguramente no, si tenemos en cuenta su incompetencia frente al desarrollo de tipo sostenible, o seguramente sí, si son incapaces de mirar más allá del beneficio económico a corto plazo.
Pero al margen de la inacción o incapacidad de los gobiernos para poner freno a esta inercia climática, cada uno de nosotros tiene un papel, ocupa un lugar, y tiene capacidad de afectar al medio que le rodea, con cada una de sus acciones.

Porque el cambio climático es un problema de todo el mundo y, cada uno de nosotros cuenta con el poder de contribuir a su solución. Incluso pequeños cambios en nuestro comportamiento diario pueden evitar la emisión de gases de efecto invernadero, sin afectar nuestra calidad de vida. De hecho, pueden suponer un ahorro económico. Usar el transporte de forma más eficiente, disminuir el consumo eléctrico en nuestra vivienda, son claros ejemplos cotidianos y asequibles para todos.

Ser líder en temas de cambio climático conlleva un precio, un cambio de comportamientos, una modificación de hábitos, pero no hacer nada al respecto será mucho más costoso en el largo plazo.

¿Lideramos ese cambio?

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