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
Y un paso más hacia la normalización
Si nos remontamos en nuestra historia existen numerosos colectivos que han sido discriminado, entre ellos muchos que en el día de hoy siguen encontrándose en situación de no disfrutar de una igualdad real o incluso de estar en riesgo de perder la igualdad alcanzada.
Nuestra historia nos tiene que servir como enseñanza vital, para no caer en errores pasados, para poder aprender de todo lo conseguido y saber que podemos avanzar más hacia una verdadera igualdad, que nuestra lucha y trabajo es recompensado con los derechos y libertades conseguidas y la igualdad alcanzada, y que no es justo que nadie sea discriminado o tratado de una forma desigual por el simple hecho de ser diferente.
El trabajo tiene sus frutos. Sobre todo cuando es un trabajo en equipo y circula por los raíles de la igualdad, la libertad y la dignidad del ser humano.
El pasado viernes se produjo en Málaga una reunión clave para dar un gran paso en igualdad del colectivo Transexual y su normalización ante la sociedad en general. La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía hace realidad la demanda del colectivo y va a renombrar su Unidad del Hospital de Carlos Haya, pasándose a llamar Unidad de Transexualidad e Identidad de Género (UTIG). Muchas veces es tan importante el nombre de las cosas como su propia existencia, sobre todo si hablamos de cuestiones de igualdad.
Aprovecho para reconocer el esfuerzo de Mar, Pedro, Carla, Nico, María A., Verónica, Reme y otra mucha más gente que ha trabajado para que esta realidad sea posible. Una ha aportado su granito de arena.
Sin duda puedo decirlo: somos un gran equipo y pasos como éste nos dan energía para seguir currando silenciosa pero firmemente por la igualdad real.
Pero no todo vale. No, no podemos permitir que una bandera tan honrosa como es la lucha por la igualdad, contra la discriminación y visibilización de un colectivo, sirva como instrumento para la no normalización de la situación en nuestra sociedad; y que se utilice con un fin meramenta económico o electoralista sin mirar las consecuencias sociales que representa. Es el caso de lo que está sucediendo en Moclinejo.
La igualdad de derechos y libertades, la visibilidad y la normalización como última peldaño a subir en nuestra conquista de la igualdad real del colectivo LGTB, no debe pasar por convertir un municipio en un espacio donde no se potencie la normalización de un colectivo en nuestra sociedad. Una sociedad con la que se trabaja para que cada día sea más integradora y en la que convivamos con mayor cohesión social.
Y sí, si declaramos un municipio gay es como si lo declaráramos heterosexual o cualquier otra nomengratura que pudiera hacer que alguien se sintiera discriminado o discriminada por no sentirse identificados o identificadas con dicho criterio. Eso no es igualdad, y tampoco normalizar una situación.