Nueva etapa. El post post-electoral

Bien. Se acabó el descanso bloggero para iniciar esta nueva etapa en el espacio virtual. Una desconexión por razones de cierta "desintoxicación" tras una intensa campaña, y por razones de redifinición de tareas, ha ocasionado mi temporal desaparición del ciberespacio. Pero aquí estoy de nuevo.

Una etapa con una renovada piel, la de la portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Málaga, en el plano político; y en el de una madre reincidente (a por el tercero!) en plena gestación, en el plano personal. El primero como encargo de la ciudadanía malagueña para esta etapa, o sea, como encargo a 4 años, y el segundo, por una decisión personal que me ocupará durante los cuatro meses próximos, presumiblemente.

Cuatro años, y cuatro meses. Un tiempo dentro del cual habré de continuar multiplicándome política... y celularmente. Dejando al margen mi faceta personal, que podrá aparecer tangencialmente quizás en otros post, me voy a centrar en éste en el plano político, para trasladaros cómo afronto este nuevo período.

No pretendo ahora reflexionar sobre los resultados electorales, pero sepan que no dejo ni un sólo día de tener presente qué nos llevó a unos resultados tan negativos para procurar dibujar un mejor escenario para mi partido en las próximas convocatorias electorales. Lo que sí se es que no hay tiempo que perder y que requiere un trabajo minucioso, continuado y decidido para recuperar una mayoría social. Aquella que, al menos en otras convocatorias, nos hizo alcanzar la mayoría de gobierno.

Entre tanto me empeño, junto a mi equipo de concejalas y concejales, en hacer una digna, positiva y realista tarea de oposición en la que convertinos en el referente, la voz de los malagueños y la alternativa para hacer de esta ciudad una ciudad mejor. Y hay mucho margen de mejora, se los aseguro.

Más proposición que oposición, como lema. Para no convertir la arena política en espacio para la gresca muchas veces vacua. Pero sin desatender nuestra obligación de ser ficalización y control de la acción de gobierno. Una nueva victoria electoral no es un cheque en blanco. Para eso también nos han elegido los ciudadanos.

Una ciudad que sea rica (productiva, con empleo), culta y verde va a ser nuestra ambición y el puerto hacia el que conducir nuestra nave. Un discurso constructivo, elevado y serio, nuestra forma de navegar. La bandera del barco, la socialista. Y el apego de los malagueños, q nos convirtamos en su voz, nuestra brújula.

Nada asumo como patrón para hacerlo. Hay que reescribir de nuevo los mapas. Son tiempos nuevos sociológica y políticamente donde no hay recetas que copiar ni fórmulas magistrales. Pero algo que nunca falla, al menos a mí nunca me ha fallado, es que el esfuerzo, el trabajo y la seguridad de perseguir objetivos loables te pone en mejor perspectiva para arribar a la meta. Y sumar a cuantos más mejor en este empeño, crear redes, incorporar a muchos en esta ilusión.

En ello me tendréis. Y por aquí podréis seguir cómo nos irá en esta nueva etapa.