BLOGOSFERA

José Andrés Torres Mora

El menú de los leones


Cuentan que una vez en el circo romano habían puesto a un cristiano para que se lo comieran los leones. Cada vez que se acercaban los leones, verdaderamente hambrientos, el cristiano les decía algo y los leones se alejaban despavoridos. El Cesar envió a un propio para saber qué era exactamente lo que decía el prisionero. Al rato el enviado del Cesar regresó a su lado y le dijo las palabras con las que el cristiano espantaba a los leones: «Sí, comedme, comedme, que luego empezarán los discursos».

Hoy debatimos en el pleno del Congreso los Presupuestos Generales del Estado para 2011. A las doce, el Gobierno hace una primera intervención para exponer las líneas maestras de los mismos, después de la cual se suspende la sesión hasta las cuatro de la tarde para que los diputados podamos ir a comer. Es posible que el presidente Bono sea descendiente de aquel cristiano del circo romano, que finalmente se salvó, y al suspender la sesión piense aquello de «comed, comed, que a las cuatro empezarán los discursos».

Los discursos son el verdadero alimento de los leones del Parlamento, y mucho me temo que el menú que ofrece la derecha no va a variar hoy. Escucharemos al portavoz del PP explicar la gravedad de la crisis, la inutilidad de los presupuestos que presenta el Gobierno, la ruptura de España como consecuencia del pacto con el PNV, para terminar anunciando la única solución que ellos consideran posible para la situación del país: que se vaya Zapatero. Y es que incluso con la valoración del presidente en sus horas más bajas y con las encuestas favorables al PP, Rajoy no se fía ni un pelo de que Zapatero vaya a perder unas elecciones, por eso preferiría que no se presentara.

Luego vendrá el discurso del portavoz de CiU. Como todavía no han sido las elecciones en Cataluña, el representante de Uniò tratará de nadar y guardar la ropa. Es decir, criticará a derecha e izquierda para terminar concluyendo que ellos apoyarían al Gobierno a mejor precio. Últimamente también les ha dado por pedirle al presidente Zapatero que se vaya. Eso sí, después de haber hecho las reformas necesarias. Vienen a decirle: «señor Zapatero, inmólese al servicio de los intereses generales y después done su cuerpo a la ciencia». Les ahorro lo que viene después, pero no habrá grandes sorpresas.

La verdad es que, a poco que nos paremos a pensar, dada la complejidad de la crisis, la marcha de Zapatero de la Presidencia se trata de una solución tan simple que insulta nuestra inteligencia. Su marcha dejaría la economía más cerca de las manos que produjeron la crisis y menos protegidos a quienes la padecen; aunque sería un alivio psicológico para quienes no tienen ni el coraje de dominar su miedo a competir con él ni el recato de controlar su ambición por sustituirlo. Y mientras Rajoy espera que el poder le caiga del cielo, Rodríguez Zapatero ha conseguido los apoyos para que mañana salgan adelante los Presupuestos, y luego ¿quién sabe? Y si …

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