BLOGOSFERA
29J: en defensa de Málaga
Este sábado 29 de junio el Sindicato de Inquilinas de Málaga y otras 47 entidades sociales de la ciudad han convocado una manifestación por la vivienda digna bajo el lema “Málaga para vivir, no para sobrevivir”. Nuestra ciudad sufre una tremenda crisis habitacional que se traduce en dramas sociales que afectan a miles de malagueños y malagueñas. Familias que han sido expulsadas de su ciudad por no poder hacer frente a un alquiler o comprar una vivienda. Jóvenes condenados a seguir viviendo en casa de sus padres sin poder desarrollar un proyecto de vida en el lugar donde han nacido. Mayores que se ven obligados a marcharse del piso donde han vivido toda la vida ante la invasión de viviendas turísticas que han terminado por quebrar la convivencia en su comunidad de vecinos.
La proliferación descontrolada de viviendas de uso turístico en nuestra ciudad ha tenido dos consecuencias principales. Por un lado, el encarecimiento de la vivienda libre en venta y, por otro, la expulsión de los malagueños de su ciudad. La vivienda en Málaga cuesta el doble que hace 10 años, puesto que ha crecido un 107%. Una vivienda que costaba 100.000 euros ahora cuesta 200.000 y la que costaba 200.000 ahora vale 400.000 euros. Málaga se ha convertido en la segunda capital de provincia donde más se ha encarecido la vivienda en la última década, sólo por detrás de Palma de Mallorca; mientras que, en el último año, el precio del alquiler en la provincia se ha incrementado en un 22,4%, siendo un 2,5% en la capital.
La inacción del Ayuntamiento de Málaga y de la Junta de Andalucía han llevado a nuestra ciudad a una situación insostenible. Mientras que ayuntamientos como el de Madrid, Barcelona o Bilbao han tomado medidas para poner coto al crecimiento de las viviendas turísticas, aquí se ha mirado para otro lado. De otra forma no se explica que con poco más de medio millón de habitantes Málaga tenga más viviendas turísticas que Barcelona, que tiene 1,7 millones de residentes, e incluso que Madrid, que tiene 3,2 millones de habitantes. En concreto ya son más de 12.000 las viviendas con fines turísticos dejando su carácter residencial.
Estamos ante un fenómeno que comenzó hace años en el centro histórico y se ha extendido a los barrios cambiando por completo la fisonomía de nuestra ciudad. Donde antes había edificios de viviendas con vecinos de toda la vida ahora sólo hay bloques de alojamientos turísticos. Donde antes había una frutería, una panadería o una zapatería, ahora hay una infravivienda. La pérdida de identidad y el desarraigo se expanden por toda la ciudad como una mancha de aceite.
Si bien es cierto que el problema del acceso a un hogar no es exclusivo de Málaga, el modelo de ciudad desarrollado por el PP en los últimos casi 30 años nos ha situado a la cabeza de todos los ránquines de encarecimiento de la vivienda en España. Es en nuestra ciudad donde más cuesta comprar un inmueble. El modelo actual del PP y de Paco de la Torre está expulsando a los vecinos de Málaga. Es una realidad incuestionable. En los últimos años más de 50.000 malagueños se han marchado de la capital por la falta de vivienda, la mayoría con una edad que ronda entre los 25 y los 44 años. Mientras, no existe una política pública de vivienda. El Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía están haciendo dejación de funciones. El año pasado el consistorio malagueño sólo visó una VPO. Las últimas promociones de viviendas de VPO en Málaga han sido financiadas casi en su totalidad por el Gobierno, con un 85% de aportación económica, pese a no tener competencias para ello.
La situación del mercado inmobiliario en Málaga requiere una intervención urgente y efectiva. Es necesaria la construcción de vivienda protegida a precio asequible para alquiler y compra por parte del Ayuntamiento de Málaga y de la Junta de Andalucía. Apostamos por la concesión de más ayudas al alquiler seguro, la regulación estricta de las viviendas turísticas, el aumento de la oferta de vivienda protegida y mejores políticas que frenen la escalada de precios para frenar la expulsión de los malagueños de su propia ciudad.
El PP nos acusa de turismofobia, pero solo defendemos el derecho del malagueño a vivir en su ciudad. Ni más ni menos. No es el turismo, son las políticas del PP las que condenan a miles de malagueños a tener que marcharse de su ciudad. No hay ninguna fobia al turismo, lo que hay es un gran rechazo a su modelo de ciudad y a sus políticas. Estamos en esta batalla en defensa de Málaga, porque amamos nuestra ciudad, porque queremos a Málaga por encima de todo.