La semana comienza con las vistas puestas en la conformación del nuevo gobierno legítimo que tendrá nuestro país liderado por Pedro Sánchez. Digo bien, legítimo. Y digo más, apoyado por la mayoría de nuestro país, una mayoría que solo tiene su representación democrática en el voto de cada uno de los españoles que quedó expresado en las elecciones del pasado 23 de julio. 

Hasta aquí todo sería normal si no tuviéramos a una derecha que se ha abonado al discurso antisistema para intentar derrocar en la calle lo que las urnas decidieron en libertad. Porque lo que cada uno de los españoles y españolas reflejaron con su papeleta en el libre ejercicio de su voto no puede ser callado ni mucho menos coaccionado por mucho que los movimientos más reaccionarios de este país, con la complicidad del PP, quieran tensar a nuestra sociedad

En todo este proceso, desde que vimos la investidura fallida del Feijòo hasta la investidura de Pedro Sánchez no he visto a ninguno de los dirigentes del PP nacional, regional o provincial en actitud colaborativa para que los valores democráticos que nos definen como una sociedad adulta se hayan reforzado. 

En estas últimas dos semanas hemos visto ataques e intimidaciones en torno a las casas del pueblo de Ronda, Fuengirola, Estepona, Marbella o Málaga centro, e incluso en el ayuntamiento de Cuevas Bajas sin que haya existido una condena expresa de ninguno de los dirigentes del PP de Málaga contra dichas vejaciones. Ni de forma pública ni privada, con lo que dan a entender que están de acuerdo con que dichas ofensas, humillaciones, abusos e injurias sean realizadas contra nuestro partido, convirtiéndose en cómplices. Por eso deberían volver a la moderación y a la cordura. 

De este PP ya no esperamos nada, de Vox, menos todavía cuando vemos que en dichas manifestaciones hay representantes de sus cargos públicos en las instituciones, por eso solo nos queda luchar por una sociedad más igualitaria y más justa. 

Está claro que a Málaga siempre le ha ido bien con gobiernos socialistas, muestra de ello es que el gobierno de Pedro Sánchez, por mucho que le duela a la derecha reconocerlo, ha invertido más que con Moreno Bonilla. 

La nueva estación AVE en Antequera, la conexión de alta velocidad entre Málaga y Granad, la llegada del Cercanías al Caminito del Rey, la nueva estación del Cercanías La Nogalera en Torremolinos, la mejora del acceso del km 222 de Benalmádena en la A7, la marina de megayates en el Puerto de Málaga, la estabilización de las playas de Santa Ana y Malapesquera en Benalmádena, el inicio de las obras de rehabilitación del Convento de San Agustín para nueva sede de la Biblioteca Pública del Estado en Málaga, la ley para la declaración del Parque Nacional Sierra de las Nieves o la inversión en los los nuevos centros de salud en Nerja y Fuengirola lo demuestran. 

Enfrente, en el tándem PP-Vox solo tenemos ruido, mucho ruido, e insultos. Es hora de ponerse a trabajar por los próximos cuatro años que seguirán mejorando este país y esta provincia. Porque España no se ha roto, ante la ultraderecha, nuestro país y un gobierno liderado por Pedro Sánchez seguirá en la senda del progreso y el avance.