Cuando explicaba a mis alumnos el concepto de Patrimonio, les proponía que lo imaginasen como una bolsa que nos dan al nacer, en la que vamos guardando todos los bienes y derechos que vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, como también las deudas y obligaciones que vamos contrayendo. Y les terminaba diciendo que todos tenemos un patrimonio (aquella bolsa), aunque para muchos desgraciadamente estuviese vacía.

Afortunadamente, para todos aquellos que carecen de patrimonio, que “tienen su bolsa vacía”, las sociedades democráticas modernas nos hemos dotado de un “patrimonio colectivo”: el Estado del Bienestar.

Ese Estado del Bienestar es el garante de proveer las mínimas necesidades de los que nada tienen; el garante de que la sanidad, la educación o la dependencia sean derechos a los que todos podamos acceder y no “servicios” reservados solo a los que se lo puedan pagar.

Si me lo permiten, el Estado del Bienestar se convierte en el “patrimonio” de los que carecen de patrimonio y somos el conjunto de la sociedad los que decidimos mantenerlo en base a los principios de solidaridad y justicia social.

Me viene recurrentemente a la memoria aquel pasaje docente, cuando ante la grave crisis que estamos viviendo, derivada de la guerra iniciada por Putin, la única propuesta que machaconamente repite el PP es la de una bajada masiva de impuestos.

Este mantra de la bajada de impuestos es la gran falacia del PP y su gran trampa. Es la gran falacia porque cuando al PP le tocó gobernar en tiempos de crisis asimilables a los actuales, lejos de bajar los impuestos como ahora claman, los subió hasta en 50 ocasiones.

No hay ningún país de nuestro entorno que, en este momento, en esta situación, este planteando la “masiva bajada” de impuestos que el PP exige, ya sean gobiernos de orientación liberal o socialdemócratas. Un buen ejemplo es el del Presidente de los Estados Unidos, que para afrontar el pago del paquete de ayudas y medidas contra la crisis que ha puesto en marcha, lejos de bajar los impuestos, ha planteado incrementar los impuestos de las grandes fortunas y corporaciones.

Pero como les decía, la propuesta de bajada de impuestos del PP es también una gran trampa. Y lo es porque esa bajada siempre beneficia a los que más impuestos han de pagar que, lógicamente, son los que más tienen y ganan. Y también porque esa bajada de impuestos se hace a costa de recortes en aquellos servicios y necesidades que el Estado ha de atender; se hace a costa de ese “patrimonio común” que es el Estado de Bienestar. Por más que se pretenda presentar de otra forma, son las clases medias y trabajadoras y sobre todo los más vulnerables, los que sufren las consecuencias.

Las bajadas masivas de impuestos que desde las derechas españolas se defienden, conllevan restar al Estado medios y herramientas para proveer las necesidades de aquellos que carecen de recursos o los tienen muy limitados e implican un perverso efecto secundario: socavan los servicios públicos (educación, sanidad, etc.) generando así espacios de negocio para las iniciativas privadas. Lo estamos viendo allí donde el PP gobierna.

No nos dejemos engañar. El Estado del Bienestar, termino insistiendo en ello, es el patrimonio colectivo de aquellos que carecen de patrimonio y desde luego, los socialistas estaremos frente a aquellas iniciativas que pretendan debilitarlo o socavarlo.