BLOGOSFERA
Acuerdos en tiempo de pandemia
El pasado lunes presentamos un acuerdo presupuestario con el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga. El anuncio se produjo tras más de un mes de negociaciones, de trabajo arduo y arrancar en el transcurso de las mismas un compromiso de algo más de 40 millones de euros destinados principalmente a políticas sociales. Sin embargo, llevábamos meses intentando acordar, consensuar y dialogar con ellos para intentar abordar este pacto.
El pasado lunes presentamos un acuerdo presupuestario con el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga. El anuncio se produjo tras más de un mes de negociaciones, de trabajo arduo y arrancar en el transcurso de las mismas un compromiso de algo más de 40 millones de euros destinados principalmente a políticas sociales. Sin embargo, llevábamos meses intentando acordar, consensuar y dialogar con ellos para intentar abordar este pacto.
Ya en mayo del año pasado le remitimos al alcalde un dossier bajo el nombre de ‘Plan Málaga Suma’ con propuestas para la reactivación social y económica de la ciudad. Se trataba de un documento trabajado junto a agentes sociales de todos los sectores, du- rante el confinamiento, que abrazaba la idea de mejorar las políticas emanadas desde la administración. Esto finalmente derivó por parte del alcalde en una suerte de foros que, a tenor de lo concluido, dieron un exiguo resultado. No obstante, con la sana intención de lograr que llegáramos a acuerdos en agosto volvimos a tender la mano para la nego- ciación presupuestaria, algo que repetimos en diciembre con una moción urgente. En todo momento la respuesta fue negativa por parte del gobierno municipal. El teléfono no sonó para negociar hasta finales de enero.
Con la intención de llegar a un acuerdo presupuestario amplio nunca nos planteamos lograr un rédito político, sino más bien lo hacíamos por responsabilidad, ética y moral. Nos obligaba el coraje y la audacia, pese a las diferencias abismales, abandonando las trincheras ideológicas para buscar un acuerdo beneficioso para la ciudadanía en los momentos tan duros que estamos viviendo. No les exagero si les digo que desde el mes de marzo hasta nuestros días recibo diariamente más de una decena de peticiones de ayuda para el acceso a la vivienda o simplemente algo tan básico como un plato de co- mida.
Málaga, debido a la falta de modelo de ciudad, ha sido la que peor ha afrontado esta cri- sis en su derivada socioeconómica. Encabezamos la caída del PIB y del empleo en toda España. En nuestra ciudad hay 76.465 personas en paro, un 1,77% más que el mes pa- sado y la variación interanual es brutal, un 28,54% más que febrero de 2020. Es sinto- mático de que algo no se ha estado haciendo bien en estos últimos 25 años de gobierno del PP y de Francisco de la Torre. Se trata de problemas estructurales que no vamos a poder arreglar en un año, como por ejemplo la pérdida de tejido industrial. Sin embar- go, cuando un barco zozobra, hace falta que alguien tome el control para que no se inunde. Algo así sucede en esta ciudad.
La ciudadanía esta pagando con la pérdida de sus empleos la falta de acierto de un ayuntamiento que ha permanecido impasible, que apostó todas las cartas a un modelo despersonalizado que no ha aportado mucho valor y que es fácilmente suplantable por otros similares. Pero mientras estos efectos se corrigen, hay que dar respuesta a quien peor lo está pasando. Hay que ayudar a esas familias que no pueden hacer frente al al- quiler, o a las que han perdido sus ingresos y esperan una ayuda. Ese, y no otro, es el espíritu que anima el acuerdo presupuestario alcanzado el pasado lunes. Ser útiles. Por- que si cuando peor lo está pasando nuestra gente, no estamos a la altura de las circuns- tancias, cabría preguntarse para qué estamos aquí.
Ya les decía al comienzo de este artículo que el PP al principio renegó de este acuerdo. Sin embargo ahora lo aplauden. Y nos alegramos por el bien de Málaga. Pese a que sea- mos a día de hoy la única gran capital de España sin presupuesto en vigor. Gracias a es- te acuerdo conseguiremos que haya un plan de empleo municipal, abandonado desde hace varios años, y que supondrá un refuerzo cofinanciado de 8 millones de euros. También se paliará el déficit histórico con el tercer sector, los bancos de alimentos y las entidades de reparto de comida, con 3,4 millones. La necesidad del Área de Derechos Sociales se verá revertida con una inversión neta de 11,3 millones de euros, destinados a
aumentar la contratación de técnicos que acaben con el cuello de botella de los expe- dientes, y en esa partida 6,5 millones serán para ayudas directas a las familias que peor lo están pasando. A eso, además se le suma otros 4,1 millones destinados a planes de al- quiler, de los cuales 1,2 serán para un nuevo plan que cambie las condiciones de acceso dando entrada a quienes, debido a la pandemia, no pueden hacer frente al pago de sus casas. Y por último, pero no menos importante, 10 millones para acabar con problemas viarios en los barrios que están abandonados tras 25 años de gestión de Francisco de la Torre.