BLOGOSFERA
Ni Pin ni parental
Parece ser que la demagogia se abre camino y además lo hace con su compañero, ese que siempre viaja junto a ella y que es conocido como populismo. Para desgracia de todos, aunque muchos no sean aún conscientes, ambos van ganando adeptos, no sé si son de calidad y duraderos, pero a buen seguro si son ya una buena cantidad. La verdad es que me preocupa bastante. Sobre todo, porque no veo que se plante cara. Y lo que es peor están cada vez más extendidos.
A la primera, a la demagogia, la veo asentada, por no decir acomodada en el discurso de un gobierno andaluz que ya no sabe gobernar sin ella, se hace prácticamente imposible escuchar ni un solo mensaje con origen en San Telmo y que no esté colmado de esa degeneración democrática a la que nos tratan de acostumbrar.
Al segundo, al populismo lo veo invadiendo y entrando de lleno en el seno de las políticas de Andalucía, lo hace a través de acuerdos que, a mí, en particular, me producen el mayor de los rechazos, y que nos retrotrae a tiempos pretéritos, tiempos en los que ya con descaro este gobierno se encuentra imbuido. Cuestionar la educación y la programación de nuestros centros escolares, y permitir que la ultraderecha imponga criterios es sólo sumisión a cambio de un sillón.
Para desgracia de nuestros menores las políticas rancias de la ultraderecha van a pasar de las redes sociales a sus aulas. Y si convirtieron a las redes en la máxima expresión de la ignorancia, el insulto y la difamación, ahora buscan convertir nuestros colegios en lugares donde adoctrinar en homofobia, en racismo y en machismo.
El problema además se acrecienta cuando ese mensaje nacido de la demagogia y que viaja muy bien siempre a lomos del populismo, se hace viral incluso a través de personas que en buena lógica deberían desecharlo, de personas que deberían saber que la demagogia y el populismo son la base y el eje triangular de ismos que no deberíamos ni atrevernos a pronunciar. Pero ya les digo desde aquí que no lo conseguirán, porque vivimos en una sociedad inclusiva y abierta que se llama Andalucía.
Una tierra abierta y avanzada, que ha rechazado de plano las imposiciones y que luchó incluso derramando su sangre por su autonomía, por eso no entiendo cómo para tratar de aferrarse a unos sillones sean capaces de vender el futuro de nuestra sociedad, que no es otro que la educación de nuestros hijos e hijas. Estoy convencido de que tienen un cargo que simplemente no merecen, al igual que esta tierra no merece su maltrato continuo.