El PSOE no gobernará en muchos municipios porque las tres derechas se han unido de nuevo. Lo hicieron en Andalucía y lo han vuelto a hacer allí donde han podido. Del PP era de esperar, pero aún había un resquicio de duda de si Ciudadanos cambiaría de rumbo, pero no. Ciudadanos se ha quitado la careta y se ha aliado con la extrema derecha.

El partido que nació diciendo que venía a regenerar la política en nuestro país; el partido que llegó a definirse como socialdemócrata, el partido que sigue asegurando que ellos y sólo ellos representan el centro político en España se ha afianzado como lo que ya es: la muleta del PP allí donde necesita apuntalar su poder, y el socio ineludible de la extrema derecha más rancia y retrógrada de nuestro país.

Ya le han avisado parte de sus fundadores, y lo que es peor, no es la primera ni la segunda vez que reciben un "toque" de sus socios europeos. Ante esto, la respuesta de Ciudadanos ha sido romper vínculo político con Manuel Valls en Barcelona. Parece que a los de Rivera les preocupa más hacer alcaldesa a Ada Colau junto al PSC que seguir pactando sillones con la extrema derecha allí donde se le presenta la oportunidad.

La gente no merece que el diálogo y el acuerdo para formar gobiernos estables se convierta en un mercadeo. Lamentablemente, las derechas han utilizado el Presupuesto de Andalucía como moneda de cambio para los gobiernos de Madrid, y terceras o cuartas fuerzas políticas en votos han acabado gobernando en ayuntamientos. Sin ir más lejos, en Granada PP y Vox han hecho alcalde al candidato de Ciudadanos, tercera fuerza con sólo cuatro concejales, haciendo del Gobierno local de esta ciudad una moneda de cambio más de los intereses del trifachito.

La ciudadanía espera de sus representantes públicos sentido común. El mercadeo obsceno de estos días no ayuda a que los ciudadanos confíen en la política y en quienes les representamos.

Me atrevería a decir que lo que Ciudadanos viene haciendo en los últimos meses pasará factura a su propia formación, pero también tendrá consecuencias en la política Española. Una estrategia a todas luces errónea que avoca a nuestro país a tener en las instituciones a la extrema derecha, algo que ni por asomo podría ocurrir en otros países europeos. No de la mano de las fuerzas democráticas y liberales.

Ciudadanos lo está haciendo mal, y la historia los pondrá en su sitio, como siempre ocurre en estos casos.