Se palpa en la calle un final de ciclo en Málaga. 25 años son más que suficientes para saber que esta ciudad necesita un cambio, la llegada de nuevos aires que la transforme en la tercera ciudad potencial del país y la capital del sur del Mediterráneo. 

Y es que eso se antoja complicado si el Partido Popular y Francisco de la Torre continúan al frente del Consistorio. Antes del inicio de Semana Santa explotó el conflicto con los agentes de la Policía Local, un cuerpo que, debido a las jubilaciones y la falta de nuevas incorporaciones, está sufriendo la política insensible del actual equipo de gobierno.

Se trata de un problema más que se le une a los múltiples focos de conflicto que tiene De la Torre sobre la mesa: los más de 2 años de huelga que llevan los efectivos del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga por defender causas completamente justas y nobles, el problema con la falta de limpieza en la ciudad y el futuro de LIMASA o, la más grave si cabe, sombra de corrupción que se cierne sobre dos de los concejales del equipo de gobierno, Teresa Porras y Francisco Pomares, y el gerente de Urbanismo, José Cardador y por la que de manera reiterada todos los grupos, en sesión plenaria, hemos exigido y aprobado su dimisión o que el alcalde los haga dimitir

La imagen de Málaga ha quedado seriamente tocada y los y las socialistas no podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos una alternativa de ciudad seria basada en la apuesta por los barrios, en ofrecer oportunidades a los jóvenes y acabar con las confiscatorios plusvalías por herencia. Se atisba un cambio el próximo 26 de mayo y ese relevo viene de la mano del Partido Socialista.