Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal… esa fue la promesa que realizamos los 31 concejales que componemos el pleno del Ayuntamiento de Málaga. Asumimos un compromiso ciudadano que va más allá de nuestro deber. El pasado lunes tuvo lugar un pleno extraordinario para pedir la dimisión de los concejales del equipo de gobierno, Porras y Pomares, recientemente llamados a declarar en calidad de investigados por el juzgado de instrucción número 8 de Málaga. Un caso del que además se ha hecho cargo la fiscalía anticorrupción por orden de su fiscal jefe.

Sin embargo, quien hoy ostenta la alcaldía, Francisco de la Torre, se negó a hacer dimitir a sus concejales, a los que arropó y apoyo. No cumplió con el compromiso ético que tenía firmado con su hasta entonces socio de gobierno, Ciudadanos. Tampoco cumplió con la ciudadanía que bajo ningún concepto aguanta ese olor a corrupción.

Esta situación nos ha llevado a tener que cruzar un puente difícil y complejo, no es otro que abrir las negociaciones de una moción de censura. No podíamos quedarnos  impasibles mientras se corrompe el equipo de gobierno. Jamás podría perdonarme moral ni éticamente ponerme de perfil ante un caso de corrupción. Es momento de actuar y ser valiente, de devolver la normalidad democrática a nuestro Ayuntamiento,

Sin embargo para que esta moción de censura triunfe es necesario que todos los grupos políticos que han apoyado la dimisión de estos concejales, PSOE, Málaga Ahora, Málaga para la Gente y Ciudadanos la respalden. Por el momento solo existe un grupo reticente a firmarla, Ciudadanos. Por eso le pedimos a Albert Rivera y Juan Marín que tomen cartas en el asunto y contribuyan a despejar todas las sospechas que rodean la gestión política en los últimos 25 años de gobierno del PP. Que igual que imponen cordones sanitarios a quienes hacen prosperar una nación, tengan la suficiente altura de miras para extirpar la corrupción de las instituciones. De la Torre, Porras y Pomares deben ser cesados.