Hace unos días conocimos un informe del Observatorio de Sostenibilidad, organismo independiente formado por investigadores de diversos campos, que, a través de una radiografía de 59 indicadores en 52 capitales, situaba a la ciudad de Málaga entre las peor valoradas en sostenibilidad ambiental.  Y no es de extrañar ya que asistimos a una gestión medio ambiental del equipo de gobierno del PP que nos sitúa en los peores parámetros en los informes que realizados periódicamente sobre nuestra ciudad.

Cabe recordar que la gestión de los residuos y la limpieza de la ciudad son una constante de quejas ciudadanas que, en 23 años de gobierno, el Partido Popular ha sido incapaz de resolver. Cada vez nos encontramos con mayores problemas de contaminación acústica, lo que atenta contra el descanso de la ciudadanía. Somos de hecho una de las ciudades con menos espacios verdes, con poco más de 7,5 m2 de zona verde útil por habitante, cifra muy lejana de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud o la Unión Europea que fijan entre 10 y 15 metros cuadrados de zonas verdes útiles por habitante.

Respecto a la gestión en el arbolado urbano y las zonas verdes, ambas están siendo muy cuestionadas por su falta de mantenimiento y conservación. Los árboles se siguen secando por una alarmante falta de riego, hay problemas por falta de poda, ramas que entran en las viviendas sin que se actúe, y todo ello sabiendo de la importancia de los árboles en las ciudades al ejercer como excelente termorregulador natural, propiciando un descenso de la temperatura ambiental de entre 2 y 8 grados en los días calurosos,  absorbiendo el dióxido de carbono, principal causante del calentamiento, y almacenando el carbono a la vez que liberan oxígeno.

Todo ello unido a la exposición a focos de contaminación atmosférica, la contaminación lumínica y el ahorro energético, elementos de vital importancia y que siguen pendientes de mejorar.