Andalucía tiene una nueva fecha histórica marcada en el calendario en la hoja de diciembre, unas elecciones autonómicas con acento andaluz pese a los intentos de los de siempre, agoreros que se sienten incomprendidos cuando quienes no comprenden son ellos. Rodríguez de la Borbolla nos recordó al auditorio en la proclamación de Susana Díaz como candidata a la Junta de Andalucía los hitos de la historia de Andalucía, España y el PSOE de Andalucía que se vivieron en el mes que despide el año y que siempre ha sido comienzo de un nuevo tiempo. Coinciden esas efemérides (referéndum de la Constitución, el 4D, el Pacto de Antequera…) con episodios que reforzaron el lazo indeleble, irreductible e inmanente que une nuestra tierra a la democracia, la libertad y al partido que ha defendido España, al pueblo andaluz y la igualdad: el PSOE de Andalucía.

Esta aleación de principios políticos conforma una identidad política que hoy es más necesaria que nunca en nuestro país. Andalucía más que nunca y más Andalucía que nunca. Primero, en España, por la igualdad entre territorios y, segundo, porque somos ejemplo de las políticas de igualdad para las personas que otros territorios de España miran y que resuenan con más fuerza cuando la derecha y sus voceros insensibles y mendaces lanzas sus diatribas. Porque acaban reluciendo los datos objetivos.

Si el PP habla de una Andalucía de la subvención recordamos que nuestra comunidad ha creado empleo a más velocidad que el resto del país. Llevamos cuatro años consecutivos de bajada del paro, y siempre atentos a quienes se pueden quedar atrás activando planes de empleo para colectivos específicos: jóvenes, parados de larga duración y mayores de 55 años.

Tejerina insultó a la comunidad educativa andaluza, y ésta recordó el esfuerzo, el mérito y la pelea diaria colectiva de Andalucía por la educación. No comprende la derecha que si ellos comparan, para mal, a los estudiantes andaluces el eco que escuchan es que uno de cada tres premios otorgados a los mejores expedientes de bachillerato en España este año ha sido para estudiantes de Andalucía y de la escuela pública. O que las matrículas universitarias son casi gratuitas aquí mientras el PP ha tratado de limitar el acceso a la universidad con menos becas. Por no hablar de las becas propias, las bonificaciones en comedores, transporte escolar o la gratuidad de los libros, con el impacto de renta indirecta o ahorro que representa para las familias andaluzas.

Pero cuando atacan nuestro Estado del Bienestar, y lo hace el señor Moreno Bonilla, que fue secretario de Estado de Políticas Sociales cuando el PP lanzó una ofensiva liberal de recortes y mala austeridad, resuenan las convocatorias de empleo público que el Gobierno andaluz ha ofertado, con 60.592 plazas, el máximo legal, sobre todo para la prestación de servicios como la sanidad o la educación. El recortador de la dependencia pretende obtener la confianza de la comunidad que más personas tienen en este sistema de protección social, gracias a que la Junta paga el 82% del coste.

¿Aún se pregunta la derecha tradicional por qué Andalucía apoya al PSOE de manera mayoritaria? Esa derecha que se radicaliza, que presenta líderes débiles y tutelados, en dura competencia, por emitir el exabrupto mayor, con la extrema derecha de Vox. O la derecha líquida de Ciudadanos, por cuyos poros se va colando un discurso alejado de cualquier principio de la derecha liberal clásica, esa que promete estabilidad pero a la mínima de cambio busca excusas porque quiere ser más derecha que el PP y Vox. Este adelanto electoral responde a ese viraje del partido naranja, cuyo discurso es más agrio día a día, dejando atrás su posición central. Hoy por hoy es el PSOE el partido que representa mejor que nunca los valores más ampliamente compartidos por la sociedad andaluza y es sinónimo de estabilidad y políticas cuyo centro son las personas.

Los socialistas hemos cumplido nuestros compromisos, Susana cumple, con una actividad parlamentaria intensa, con presupuestos aprobados en tiempo y forma, con el déficit dentro de las exigencias de un Gobierno en manos del PP que incumplía. La igualdad ha sido la bandera de un gobierno andaluz que ha aumentado la protección de las mujeres víctimas de violencia de género y a sus familias, cerrando un calendario legislativo con una nueva ley de igualdad. En pleno debate del futuro de las pensiones, Andalucía asegura por ley la subida de las pensiones mínimas y no contributivas en función del incremento del coste de vida.

De la Borbolla citó en sus palabras a Plácido Fernández Viagas cuando dijo que en política hay que actuar desde la reflexión sobre el presente y desde la imaginación para el futuro. En estos primeros días de precampaña electoral solo Susana Díaz ha reflexionado sobre el presente de Andalucía, defendiendo su gestión sin caer en ninguna autocomplacencia, e imaginando el futuro, señalando el camino que el PSOE propone para Andalucía. En cambio, ningún otro candidato o candidata ha lanzado mensaje alguno que no sea una ofensa a Andalucía o contra las decisiones mayoritarias de los andaluces, una mirada al pasado o una crítica improductiva. No quieren un debate con acento andaluz serio y constructivo, y aún menos una campaña limpia. Ahora más que nunca, Andalucía.