BLOGOSFERA
Jóvenes malagueños
Estas dos últimas semanas he coincidido con mucha gente joven de Málaga. Me refiero a los más jóvenes, chicos y chicas entre 16 y 25 años. Y concluyo que tienen mucho que decir y que aportar. Pero necesitan más oportunidades de cultura, de deporte, y de ocio. Necesitan una Málaga a su altura.
En los Talleres de Futuro (esas dinámicas que he creado para recoger la opinión de gente de los barrios de Málaga de la que ya hablé en un post) he oído sus demandas de zonas deportivas y de carriles bici (de los de verdad, no esos que van de ningún sitio a ninguna parte). Son chicos amantes de una forma física de diez, y cuando no hay otra, pagan sus gimnasios aunque les pese.
También he visto a jóvenes amantes de la música, que aparte del ipod o mp3 y los 40 principales, saben y practican música. He compartido con ellos los ensayos en condiciones lamentables como parte de las bandas de música procesional, en locales donde no corre el aire y con paredes a medio cubrir con cartones de huevos (para amortiguar el sonido) pero mientras la tiendecilla de al lado no nos suministre más cartones de la venta de huevos, tenemos que aguantarnos sin cubrir el resto de las paredes, e interrumpiendo en verano su preparación porque el calor aquí no hay quien lo aguante. No tienen donde hacerlo (en la calle las ordenanzas no se lo permiten), y tampoco hay recursos con que pagar locales apropiados en alquiler. Sus oídos y sus pulmones se resienten por no ensayar en locales adaptados para ello. Pero no piensan abandonar su pasión.
En mejores condiciones, pero estrechos, he visto a los artistas de la Joven Orquesta de Málaga, ensayando como cada sábado y obteniendo el reconocimiento en tierra ajena más que en la propia. Tocaron en Québec y creo que aquí casi nadie se ha enterado. Como dijo una vez alguien que los oyó cuando cierro los ojos escucho verdaderos músicos, y cuando abro los ojos veo niños. Es alucinante.
Los he visto leyendo sus propios poemas, con un estilo propio, fresco y descarado a veces, salpicados de anglicismos y aliñados a veces de música saliendo de su propio móvil. Jóvenes poetas que se me han entrecruzado con el velatorio esta semana de Alfonso Canales, como si formara parte de un círculo vital perfecto.
Y los he visto emprender y hasta montar una empresa que ya ha recibido un premio ¡a la Trayectoria Empresarial!, y eso con sólo 23 años. En la entrega tradicional de la Asociación de Jóvenes Empresarios vi emocionado a Raúl, que ya desde los 19 tiene su empresa de tecnología RFID (este palabro es una tecnología inalámbrica) y ha contratado a su madre que había quedado en paro. En mis palabras de felicitación en dicho acto resalté, ¡cómo han cambiado los tiempos, antes tus padres te montaban el negocio, y ahora Raúl contrata a su madre en su propia empresa!
Por todo ello, pienso que Málaga les tiene que llegar a su altura de sus cortos años. Que responda a sus expectativas, a su hambre de cultura, formación, desarrollo personal y profesional. Pienso en una Málaga que no les achique sus expectativas y que alimente a otros muchos jóvenes a desarrollarse y no conformarse con los partidos del domingo y el botellón del fin de semana. Que los más inquietos no tengan la tentación de refugiarse en otros destinos porque esta ciudad no les de lo que buscan. Porque ellos son el talento que Málaga necesita.