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El PTA, un modelo productivo para Marbella
Existe un término urbanístico que, lejos de ser puramente técnico, encierra una carga de significado profunda y de futuro. Los planes de ordenación territorial, que son instrumentos para dibujar en el plano lo que queremos que sean modelos de ciudades amables y competitivas y entendidas desde el punto de vista metropolitano, incluyen un concepto esencial: el de área de oportunidad. Se trata de un término que atañe a los suelos que por su posición se consideran de interés estratégico para la ubicación de equipamientos territoriales o actividades de interés económico y carácter supramunicipal.
Hoy quiero subrayar la apuesta que los socialistas venimos realizando desde hace algunos meses por la extensión del PTA a San Pedro y Marbella, una apuesta que ha recibido el respaldo inequívoco de los presupuestos de la Junta de Andalucía para el año que viene con la consignación de 200.000 euros que servirán para avanzar en la redacción del proyecto el año que viene.
Los socialistas queremos aprovechar la reservada en la zona de Guadaiza al objeto de emplazar una extensión del Parque Tecnológico de Andalucía. Se trata de una de esas propuestas que por su profundo carácter transformador y su claro interés económico y general merecen ser tratadas bajo el prisma del acuerdo y del trabajo conjunto. Marbella y San Pedro merecen ser mimados y los proyectos para diversificar el tejido productivo e incidir en la creación de empleo de calidad, también.
Los últimos datos oficiales acerca del impacto económico de los parques tecnológicos en nuestra comunidad son indiscutibles y ponen números al más que alentador horizonte que se abre para Marbella y San Pedro si obtenemos la colaboración de todos, sobre todo del Ayuntamiento, en este proyecto de Parque Tecnológico con vocación de revulsivo para la Costa del Sol.
Los once parques tecnológicos que existen en Andalucía acogen ya a más de 1.000 empresas que dan empleo a 32.000 personas y facturan más de 4.290 millones de euros anuales. Todos ellos son referentes nacionales y ejercen un fortísimo efecto de atracción de las inversiones. Estos parques son uno de los pilares fundamentales del modelo de innovación andaluz, basado en una potente red de infraestructuras y servicios coordinada por la Red de Espacios Tecnológicos de Andalucía (RETA) e integrada por 11 parques tecnológicos, 35 centros Tecnológicos, tres centros europeos de empresas e innovación y 18 centros Ifapa para la investigación agrícola y pesquera.
Estamos hablando de unos terrenos estratégicos para el desarrollo de la ciudad y la Costa del Sol. Tenemos 197 hectáreas que ofrecen una ubicación óptima para crear empresas y atraer riqueza.
Este proyecto puede ser un gran revulsivo económico para la costa occidental de Málaga. En Marbella se dan las condiciones para captar nuevas inversiones y sabemos que existe una demanda de empresas de carácter tecnológico que se quieren y se pueden instalar allí.
Me gustaría a mí también incidir en el gran área de oportunidades que, más allá de la terminología urbanística, es Marbella. Tenemos que redimensionar la ciudad aprovechando al máximo una imagen exterior que poco a poco vamos recuperando, un clima inmejorable y un término municipal tremendamente atractivo. Y no sólo vamos a trabajar por que el PTA en Guadaiza sea una realidad, sino en todos aquellos proyectos que puedan servir de revulsivo económico.
El impacto económico y social que tendría el Parque Tecnológico de Guadaiza sería complejo de cuantificar. A nadie puede escapársele que este tipo de instalaciones constituyen un polo de atracción de primera categoría para nuevos proyectos e iniciativas empresariales. Un PTA en Guadaiza generaría riqueza, demandaría de la implantación de centenares de empresas auxiliares, exigiría de plantas hoteleras y equipamientos.
Las bondades de un centro empresarial, de una incubadora de empresas de estas características están ya sobre la mesa. Ahora, el objetivo es llegar a un acuerdo público-privado con la participación del Ayuntamiento de Marbella y los dueños de los terrenos junto con la Administración autonómica para desarrollar la iniciativa.
Queremos que el modelo de gestión sería similar al del PTA de Málaga, en el que figuran como accionistas la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y Unicaja. Y, además, próximamente, se incorporará la Universidad. Ahí está el ejemplo, el paradigma, instituciones públicas y privadas que van de la mano en aras de un interés común. Eso es lo que queremos para Marbella.
Por otra parte, me gustaría incidir en la importancia de vincular desde un primer momento este proyecto con la Universidad. Formación y tejido productivo deben ir de la mano para conseguir sinergias que, allí donde se aplican, se han demostrado notablemente eficaces.