Juanma Moreno arranca el curso político como lo terminó: con importantes suspensos en la gestión de áreas tan esenciales como la vivienda, la sanidad y la educación. Las promesas de mejora en estos sectores críticos parecen haberse quedado en el tintero, mientras la ciudadanía sufre las consecuencias de la inacción.

En Málaga, el drama de la vivienda ha alcanzado niveles críticos. En la última década, 50.000 malagueños han abandonado la ciudad, expulsados por la falta de viviendas asequibles y el imparable ascenso de los alquileres. Un factor clave es el auge de las viviendas turísticas (VUT), que han proliferado sin control. Ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla ya han implementado medidas para limitar su impacto, pero el Ayuntamiento de Málaga permanece en silencio. A esta situación se suma la escasez de viviendas de protección oficial: en 2023, solo se visó una VPO en la capital malagueña, mientras que miles de viviendas privadas fueron visadas, inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos. 

En sanidad, el panorama es igualmente desalentador. Málaga sigue esperando la construcción del tercer hospital prometido desde hace años, y la apertura del Hospital Pascual se ha retrasado de forma indefinida. Además, algunas urgencias permanecen cerradas debido a la falta de personal. Según los sindicatos, en Málaga faltan cerca de 2.000 profesionales sanitarios, una carencia que agrava las listas de espera y sobrecarga a los pocos trabajadores que se mantienen en activo. La Junta insiste en su compromiso con la sanidad pública, pero los hechos no acompañan a los discursos.

En el ámbito educativo, el déficit de docentes en la provincia es alarmante: faltan al menos 1.200 profesores para cubrir las necesidades de los centros, y la situación empeora en zonas rurales. Además, muchos colegios aún dependen de aulas prefabricadas, una solución provisional que se ha vuelto crónica en más de 60 centros educativos malagueños. A pesar de las promesas de mejora, los estudiantes y profesores continúan sufriendo las consecuencias de una infraestructura insuficiente. 

En definitiva, la vivienda, la sanidad y la educación son las grandes asignaturas pendientes de la Junta de Andalucía. La situación en Málaga es insostenible, y la inacción de la Junta está afectando gravemente la calidad de vida de los malagueños y malagueñas. La pregunta, para finalizar esta reflexión, es obligada: ¿hará algo Juanma Moreno en este curso político y asumirá sus competencias o echará la culpa a otros de sus problemas? La respuesta ya la conocen ustedes. Cinismo les sobra.