Se cumplen dos años de la llegada de Moreno Bonilla a la Presidencia de la Junta de Andalucía, y su prometido cambio para nuestra tierra ha sido un cambio a peor, al menos para la inmensa mayoría de los andaluces y andaluzas.

Ha aprovechado la pandemia para destrozar la sanidad y golpear a la educación pública, ha machacado sectores productivos como la hostelería, el pequeño comercio o la industria cultural y ha dado la espalda a los autónomos.

Eso sí, ha beneficiado a los millonarios bajándoles los impuestos, ha aumentado un 40% el gasto en Altos Cargos, ha disparado los contratos en 24 horas con el único criterio del orden de llegada; y ha despilfarrado millones de euros en autopropaganda y autobombo para vender humo.

Gestionar no es fácil y se cometen errores, pero jamás se hizo tanto daño en tan poco tiempo a la sanidad pública como ha hecho Moreno Bonilla, haciéndola retroceder 40 años.

Hoy hay colas en las puertas de los centros de salud y se atiende por teléfono a los pacientes. Sigo sin comprender, ¿cómo se puede detectar un cáncer o un ictus a través de una llamada telefónica?. Las urgencias están colapsadas. Las operaciones se retrasan sin fecha. Las vacunas de la gripe se acaban a los 3 días y listas de espera no se quieren hacer públicas porque se han triplicado. El personal sanitario está saturado y se siente vapuleados por la Junta.

¿Y quién hace negocio con todo esto? La sanidad privada que recibe millones de euros de la Junta con la excusa de reducir las listas de espera y además los seguros privados están haciendo su agosto ante el destrozo realizado.

La educación pública ha sido también golpeada, son muchas las aulas que se cierran en los pueblos, ratios que no se reducen, miles de alumnos sin comedor; así como ayuntamientos y Ampas que tienen que asumir la compra del material de limpieza contra el virus para proteger a los alumnos ante la pasividad de la Junta de Andalucía.

Es cierto que prometieron crear 600.000 empleos, pero hoy hay 200.000 parados más. Hay una crisis mundial y no voy a hacer demagogia con este tema, pero si es cierto que ha hundido y dado la espalda a sectores como la hostelería y el pequeño comercio con el adelanto de los horarios de cierre sin ninguna ayuda económica como alternativa. Eso por no hablar de que los autónomos durante esta crisis sólo han recibido migajas de la Junta. Y a día de hoy, siguen sin sentarse a trabajar en un Plan de recuperación económica en Andalucía que sería esencial en estos momentos.

Frente a todo esto; en estos dos años hay gente que se ha beneficiado con el Gobierno de Moreno Bonilla, como por ejemplo, los que tienen herencias de más de 1 millón de euros por heredero, que ya no tendrán que pagar impuestos, lo que supone una auténtica barbaridad.

Y es sorprendente también la reciente información del Observatorio Económico de Andalucía donde se asegura que desde que Moreno Bonilla llegó a la Presidencia de la Junta de Andalucía se ha incrementado un 40% el gasto en Altos Cargos. Menos mal que decían que iban a reducir chiringuitos. Mintieron.

Por otro lado se han disparado los contratos exprés. Se dan 24 horas para apuntarse vía email y se accede por estricto orden de llegada. Con Moreno Bonilla los procesos selectivos son poco transparentes. De hecho, el TSJA recientemente ha tumbado ya una de sus convocatorias exprés.

Andalucía ha recibido miles de millones del Gobierno de Pedro Sánchez en los últimos meses, el problema es que no sabemos dónde ha ido a parar todo ese dinero, pero es llamativo el despilfarro de la Junta en publicidad y propaganda que se hace cada día. ¿Dónde están por ejemplo los 2.052 millones del Fondo Covid destinados a nuestra Comunidad fundamentalmente para sanidad y educación?

Moreno Bonilla primero le cambió el logo a la Junta por una “A torcida”, lo que supuso un gasto de muchos millones en cambiar el símbolo de todo el material de la administración, luego se inventó un escudo que no existía y por último pretende dar una medalla que no existe al Rey.

Pero lo peor de todo son los millones que se está gastando en publicidad, chalecos, pines, gemelos o mascarillas de diseño con el logo de la Junta. Y todo ello en plena crisis mundial, con tantas familias pasándolo mal.

Supongo que este era el cambio que quiso siempre hacer la derecha en nuestra tierra, destruir todo lo público y hacer de Andalucía su cortijo.

Pero la realidad es que hoy los andaluces y andaluzas están mucho peor que hace dos años, con unos servicios públicos deteriorados, sin una Junta que sea capaz de sacar a Andalucía de la crisis y recuperar la economía, porque están sin ideas y al dictado de la ultraderecha, porque prefieren mantener los sillones a cualquier precio y mientras tanto, ya han pasado dos años, la mitad de la legislatura. Una legislatura que se está haciendo demasiado larga y penosa para la inmensa mayoría.