Llevamos muchos meses asistiendo atónitos a un cúmulo de incoherencias por parte del Partido Popular. Esto se está produciendo cuando más necesaria es la lealtad política y la colaboración para salir de la situación tan difícil que tenemos producto de la pandemia que llevamos meses sufriendo.

La ciudadanía nos está demandando acuerdos entre las formaciones para sacar adelante medidas que redunden en el beneficio de todos y todas, que sirvan para solucionar los problemas a los que tiene que hacer frente y que lamentablemente no estamos dando pasos en esta dirección, sobre todo por la actitud destructiva acreditada por el principal partido conservador en nuestro país.

Son muchas las cuestiones en las que echamos de menos la coherencia del PP, esa que cuando está en la oposición predica unas cosas que al gobernar incumple de manera flagrante. Durante años desde el Partido Popular se ha hecho una campaña de críticas feroces e irresponsables a la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE, especialmente en materia de servicios públicos, con el único objetivo de alcanzar el gobierno y destruir lo que tantos años costó construir.

Han estado años criticado la situación de la sanidad pública, reclamando medidas que, una vez están gobernando, han incumplido de manera reiterada. En estos casi dos años de gestión del PP y Ciudadanos, con el apoyo de la ultra derecha, tenemos una sanidad pública completamente agotada y falta de recursos.

Llevamos meses pidiendo que se refuercen las plantillas de profesionales, se dote a la atención primaria de los recursos materiales y de personal necesarios para hacer frente a las demandas de los usuarios, que tienen que esperar semanas y semanas para poder tener una cita para su médico de cabecera ante el caos de 'Salud Responde'.

Y todo ello en un contexto de pandemia en el que el ejecutivo de Moreno Bonilla está de brazos cruzados, esperando que el gobierno de España le salve los muebles y así camuflar su incapacidad para llevar las riendas de Andalucía. Con una segunda ola ya encima seguimos sin tener noticias de nuevos rastreadores, del prometido incremento de PCR para acotar los posibles casos positivos, somos la tercera por la cola en número total de estas pruebas y los resultados de las mismas siguen sin darse en el plazo recomendado de 48-72 horas posteriores y, las medidas que se están tomando en nuestra comunidad autónoma no se están adoptando con los criterios de transparencia y rigor que exige la coyuntura.

Lo mismo que está pasando en materia educativa, donde lo único que han procurado es gobernar para la enseñanza privada, restándole recursos a la enseñanza pública y eliminando líneas que ahora, en plena pandemia, hacen más falta que nunca.

En este verano han sido muchas las demandas del conjunto de la comunidad educativa, Ampas, docentes, personal directivo, y también de los consistorios para que la Junta asumiera sus competencias en materia educativa, dispusiera de recursos y garantizara lo que tanto reclamaban: más aulas y más profesores para asegurar el cumplimiento de la ratio de 20 estudiantes por aula y más presupuesto para que los consistorios pudieran asumir las tareas de higienización, limpieza y desinfección de los centros. Lo que habían estado prometiendo durante años ahora lo están incumpliendo, una nueva incoherencia del PP.

En materia de corrupción, durante años el Partido Popular hizo campaña acoso y derribo contra el PSOE alegando la corrupción. Sin embargo, en estos meses al PP le han estallado diferentes casos de presunta corrupción en Jaén y Almería, con el supuesto pago a constructoras y presuntos cobros ilegales en el marco de una posible financiación irregular, como ya se ha repetido en muchas partes del país. Pura incoherencia como pueden ver.

Estas incoherencias no sólo las están teniendo a nivel andaluz sino que en Málaga tenemos otros claros ejemplos: el anuncio del cierre del Centro Guadalmedina, entidad dependiente de Diputación de Málaga, que hace una labor indispensable en la atención a personas con discapacidad, o la tala indiscriminada de árboles en la arteria principal de La Cala del Moral ejecutada por el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, curiosamente ambos gobernados por Francisco Salado. Medidas que han tomado con la oposición rotunda de trabajadores, familiares de dependientes y de vecinos del entorno.

Ya sabemos que la coherencia no está en el ADN del PP y que con su acción de gobierno son capaces de defender unos intereses que representan un ataque directo a derechos que la ciudadanía se ha ganado con su lucha.