El regreso a las aulas siempre ha sido una fecha de ilusión para niños y familias. Hay que forrar libros, comprar mochilas, lápices, gomas, cuadernos y todo el material escolar. Es el momento del reencuentro con los amigos que no se han visto en todo el verano. Este año no es así.

Faltan menos de tres semanas para el inicio del curso escolar y falta toda la ilusión. Hay preocupación y cierto miedo sobre cómo se llevará a cabo ese comienzo, cómo se distribuirán las aulas, cuántos alumnos habrá en ellas y qué medidas se adoptarán para evitar los contagios del virus.

Y la pregunta que se hacen profesores, padres y madres es por qué desde hace dos meses que terminó el estado de alarma el Presidente Moreno Bonilla no ha tenido interés en aprobar un Plan para la vuelta al cole.

Un plan que reclamaba toda la comunidad educativa. Un plan que sí se ha acordado en otras Comunidades como la Valenciana, pero que aquí no se ha querido hacer. Un plan para ampliar espacios, mejorar recursos materiales, para contratar docentes y bajar la ratio y para que los escolares tengan unas mínimas medidas de seguridad.

Todo han sido ocurrencias y engaños. Así, el Consejero de la Presidencia, Bendodo, anunció el 13 de agosto medidas, como destinar 3 millones de mascarillas al mes, el problema es que la comunidad educativa en Andalucía son 2 millones de personas, por tanto: ¿estaba hablando de destinar 1 mascarilla al mes por niño o profesor?

Además, se sacó de la manga que 2.500 enfermeros harían seguimiento en los colegios al COVID-19, algo que los sindicatos sanitarios han desmentido totalmente.

Quizás porque todo era una cortina de humo, Bendodo, sólo dos días después, el 15 de agosto, trató de echar la pelota al Gobierno central. A ver si nos enteramos, las competencias educativas son exclusivas de las Comunidades Autónomas. Y tampoco pueden recaer sobre los profesores como pretende Moreno Bonilla. Las competencias son suyas y solo suyas.

Hay dos modelos educativos claros en nuestro país, el de las comunidades socialistas que han incrementado 4 veces más el profesorado para el nuevo curso que las comunidades gobernadas por el PP.

Así en Navarra se ha aumentado un 4,9% el profesorado, en la Comunidad Valenciana un 5,3%, en Castilla La Mancha un 8,3% y en Canarias un 10,3%. Frente a ello en Andalucía ha sido un 4,7%, en Murcia un 1,8%, en Castilla y León un 1,6%, en Galicia un 0,5% y en Madrid un 0%. No es lo mismo.

A día de hoy no sabemos si se va a incrementar la limpieza en los colegios, si habrá geles de desinfección o serán nuestros hijos quienes deban llevarlo, si habrá recreos, aulas matinales, comedores o actividades extraescolares o cómo será el transporte escolar.

Padres y madres se enfrentan no solo a la incertidumbre del comienzo de curso respecto a la seguridad y salud de sus hijos, también se enfrentan a la incertidumbre laboral que genera esta situación de inseguridad: ¿cómo volverán al trabajo?, ¿les cuadrarán los horarios? ¿dónde dejarán a sus hijos?

El anuncio de la Junta de que “No hay motivos para no llevar a los niños al colegio” es un insulto a la inteligencia cuando los rebrotes se están disparando y la amenaza de sancionar con multas a los padres que no lleven a sus hijos al cole no ayuda mucho.

Es llamativo que mientras que la Junta ha contratado a cientos de amiguetes con ofertas de empleo público en 24 horas, no ha habido la misma celeridad y se ha perdido un tiempo precioso para adaptar centros educativos.

Es curioso que Moreno Bonilla ha sido el más veloz destinando 13 millones de euros a publicidad, mientras no ha habido tiempo para programar la limpieza de los colegios o la compra de mamparas o de más mascarillas.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha destinado el pasado mes más de 2.000 millones a Andalucía y está previsto destinar otros 2.000 millones para el conjunto de las Comunidades sólo para educación. ¿En qué se gasta ese dinero Moreno Bonilla?

Dos meses ha tenido Moreno Bonilla para trazar el plan de vuelta segura a los colegios y dos semanas lleva de vacaciones él y más aún el Consejero de Educación, Javier Imbroda. Han tenido tiempo para todo menos para preocuparse de nuestros hijos. Y mientras la comunidad educativa tiene miedo, inseguridad e incertidumbre.