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Pandemia y el acceso a la tecnología: la brecha que no cesa
El cierre de los centros educativos tras la declaración del estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria causada por el coronavirus COVID-19 está poniendo sobre la mesa dos realidades más que constatadas: por un lado, la evidencia de lo que se denomina “brecha digital” de las familias andaluzas, es decir, las diferencias en términos de acceso y uso de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), y por otro, la falta de medidas por parte de la Administración autonómica y su improvisación a la hora de afrontar esta situación, que tiene a miles de alumnas y alumnos en sus hogares y a todo el profesorado andaluz tele-trabajando desde sus casas. Profesorado que aporta sus propias herramientas y recursos, sin instrucciones claras, y en muchos casos, con una clara sobrecarga de trabajo que no beneficia los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Sin duda, el confinamiento por coronavirus y el cierre de los centros educativos es una situación excepcional, pero la formación on line puesta en marcha por la Consejería de Educación de forma improvisada, sin medios ni instrucciones precisas, está poniendo de relieve la existencia de una clara brecha digital, y también de carácter social y económico, en las familias andaluzas, lo que sin duda también agrava la desigualdad. No todas tienen equipos informáticos y con conexión a Internet, ni todos los progenitores tienen la posibilidad de trabajar en casa mediante el tele-trabajo. Incluso disponiendo de ordenador, tabletas y móviles, no siempre pueden ser usadas por los niños y jóvenes en edad escolar. En ese sentido, y más que comprobada la situación, no se ha puesto en marcha un modelo urgente de personalización del aprendizaje, donde la clave es reconectar con el alumnado, mantener hábitos y rutinas de trabajo, pero evitando al mismo tiempo la sobrecarga de deberes y lecciones, lo que puede agrandar más las diferencias entre los alumnos. Igualmente, las familias con menos recursos también tienen menor capacidad para gestionar el estrés, por lo que las situaciones socio-económicas difíciles pueden generar frustración, conflictos familiares e incidir negativamente en el desarrollo de los niños y jóvenes. Y si bien es cierto que aunque el uso de los contenidos digitales no es garantía de efectividad en la adquisición de aprendizajes significativos, suponen un recurso muy interesante tanto para el alumnado como para los docentes. El formato de esos contenidos digitales es muy amplio: imágenes, vídeos, audios, textos, infografías, presentaciones… Estos contenidos amplían las posibilidades de la educación tradicional al permitir a los estudiantes el acceso a actividades interactivas, lo que aumenta la motivación y la implicación en el aula, pero de nada sirven si no se da al alumnado con menores posibilidades económicas el acceso a ellos.
La actual situación de desigualdad en términos de acceso a las Nuevas Tecnologías durante esta situación de confinamiento exige tener más en cuenta que nunca la brecha digital y las condiciones de vida en el hogar del alumnado, así como la situación emocional de niños, niñas y adolescentes. Deben establecerse objetivos claros y compartidos a muy corto plazo, pero pensar también en un futuro a medio y largo, procurando coordinación institucional para una administración más ágil y eficaz, mejorando la colaboración de las direcciones de centro, equipos docentes y tutores para planificar necesidades, coordinar las tareas y deberes sin sobrecargar y asegurando el contacto permanente con el alumnado. Se trata igualmente de activar el auto-aprendizaje y formación on line del profesorado no familiarizado con las TIC, así como incentivar su trabajo colaborativo.
Cómo reducir la brecha
La falta de competencias digitales no se puede suplir en unas horas, y por eso nos preguntamos por qué el actual Gobierno andaluz no ha publicado, a partir del curso 2018/19, más convocatorias para que se sumen más centros al Programa de Digitalización de Centros (PRODIG), puesto en marcha por el Gobierno socialista en el curso 2018/19 para impulsar y apoyar la transformación de los centros docentes en organizaciones educativas digitalmente competentes. Un programa que se iniciaba con 250 centros, pero que solicitaron 540, los cuales fueron incorporados al PRODIG en su totalidad, que trata “de realizar los procesos de enseñanza y aprendizaje en un entorno tecnológico y convertirlos en un espacio de encuentro para docentes y alumnado, facilitando el acceso directo a los contenidos digitales e introduciendo cambios metodológicos y organizativos que permita al alumnado aprender con claro carácter inclusivo”. Igualmente, este Programa trara de animar y estimular tanto al alumnado como al profesorado a avanzar en este proceso, gracias a la personalización de la enseñanza y a la mejora de la comunicación entre los participantes en este sistema.
Frente a esta situación en la que la crisis sanitaria vienen a ensanchar no sólo la brecha digital en las familias andaluzas, sino que ahonda en la desigualdad social y económica de éstas, los socialistas tenemos claro que nuestra brújula y paradigma es la inclusión educativa, por lo que ante una situación excepcional, nuestras propuestas están acordes con el derecho a la educación y los derechos de la infancia, garantizando la continuidad educativa a distancia de nuestro alumnado para que sigan aprendiendo en las mejores condiciones, sin olvidarnos de la equidad. Muchos nos tememos que el modelo de educación que defienden las derechas en Andalucía refuerza a quienes tienen apoyos familiares, pero deja en desventaja al alumnado con familias de bajo nivel educativo y cultural. Son muchas las medidas que pueden adoptarse para paliar esta situación; entre otras, censar las necesidades de digitalización que siguen sin cubrirse; elaborar Planes de Continuidad Educativa a Distancia como un modelo para el reporte y seguimiento de centros desde Inspección, incluyendo un plan organizativo, pedagógico y tecnológico; poner en marcha protocolos de seguimiento y acompañamiento del alumnado para reportar y recabar tipologías de situación del alumno y de sus condiciones socio-educativas; utilizar la TV pública con fines educativos y de formación; redistribuir portátiles y materiales de apoyo al alumnado: ofrecer los portátiles que han quedado en los centros educativos sin uso siguiendo criterios de equidad y necesidad, etc. El Gobierno andaluz podría tomar buena nota de la iniciativa anunciada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, que en colaboración con Telefónica, Cisco e IBM, va a facilitar 20.000 líneas móviles a estudiantes de Bachillerato y FP con dificultades para continuar su formación de manera telemática durante el estado de alarma, y que serán repartidas a las Comunidades Autónomas.
Respecto al uso de Canal Sur para fines educativos durante la etapa de confinamiento, hemos propuesto que Canal Sur trabaje en coordinación con la Consejería de Educación y Deporte para facilitar los contenidos educativos a través de la Televisión Pública. Se trata de una solución no sólo para las familias que cuentan con escasos recursos y no disponen de acceso a Internet, sino para la mayor parte de ellas que sólo tiene con un equipo informático en sus hogares y que, sin embargo, tienen varios niños y niñas en edad escolar que necesitan hacer las tareas; en muchos casos, de distintos niveles educativos y que deben ejecutar al mismo tiempo, normalmente por las mañanas. Por otra parte, y dado que el aumento del tráfico de datos por teletrabajo puede suponer un problema a nivel nacional, estas propuestas serían una medida de alivio para los servidores y las plataformas de educación a distancia de la propia Consejería. La Radio Televisión Andaluza cuenta con un valiosísimo material de archivo, con magníficos profesionales con experiencia en tele-formación en la Fundación Audiovisual Pública Andaluza (AVA) e igualmente, el Consejo Audiovisual puede ser de gran ayuda. Estas propuestas también pueden ser de utilidad para la comunidad universitaria, por lo que pueden extrapolarse a la Consejería competente en la materia. Del mismo modo, hemos propuesto la programación de la RTVA durante el tiempo que dure el estado de alarma se centre en contenidos basados en hábitos de vida saludables, psicología de apoyo, gestión de ansiedad y estrés, comida sana ante menos actividad, economía doméstica, etc.
Desde la responsabilidad que siempre hemos ejercido los socialistas andaluces, nuestras propuestas para reducir la brecha digital, social y económica son positivas y propositivas, en aras a conseguir una mayor eficacia y eficiencia de las medidas adoptadas durante esta cuarentena, así como para ser de ayuda a las familias andaluzas en estos momentos. La equidad, entendida como valor que implica justicia e igualdad de oportunidades respetando la pluralidad de la sociedad, debe ser el espíritu que nos guíe en esta situación excepcional, en una crisis sin precedentes que marcará un antes y un después. En nuestra mano está que salgamos de ella con el firme propósito de mejorar y de no dejar a nadie en la senda de la recuperación.