BLOGOSFERA
Una ciudad, mil torres, ningún modelo
Málaga ha crecido, como lo ha hecho nuestro país, al albor del progreso. Lejos queda aquella ciudad malherida tras una guerra y una dictadura que se cebó especialmente con sus vecinos y vecinas. Han pasado ya más de 40 años de democracia, nuestros barrios se han expandido y la concepción cosmopolita ha emergido por sus calles.
Dejando atrás una crisis económica relativamente reciente, el alcalde se ha lanzado con proyectos faraónicos, sin pensar que los problemas de la ciudad, aparcados durante décadas, necesitan todavía de compromiso para poder solucionarlos.
Desde un punto de vista urbanístico la brecha del río Guadalmedina sigue abierta. Sufrimos de graves problemas en los sistemas generales viarios y de comunicación para el acceso al centro y la circulación de nuestros barrios. Por no hablar de los problemas de índole social como son el acceso a la vivienda, un drama sin tratar y que afecta a decenas de miles de ciudadanos, así como seguir ostentando el dudoso honor de ser la ciudad que más grava a sus vecinos por morirse con las plusvalías por herencia.
Sin embargo, como el maná caído del cielo, el sr. De la Torre plantea la solución a todos nuestros problemas mediante la construcción de edificios en altura, sujetos a convenios urbanísticos. Torres en los terrenos antiguos de Repsol, en Tabacalera, en Sacaba, en la Estación de Autobuses, en Correos… y la última genialidad, sólo visto en el Golfo Pérsico: 16 torres en el propio Puerto de Málaga.
Todo deja en evidencia una triste realidad. Llevamos 25 años de gobierno del PP, sin un modelo de ciudad definido, con grandes éxitos en la gestión como la cosechada la pasada semana de 8,7 millones de euros perdidos por un ‘Museo de las Gemas’ que nunca llegó a funcionar.
Y mientras tanto, lanzamos al vuelo cantos de sirena en forma de torres, haciendo pensar que, como decía Flaubert a Louise en sus cartas, “a un alma se le mide por la amplitud de sus deseos, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de sus torres”. Pareciera pues que el alcalde de Málaga, en el ocaso de su vida política, esté más obcecado en dejar su impronta con algún esperpento urbanístico en forma de torre que en dar solución a los verdaderos problemas de sus conciudadanos.
Sinceramente, quien les escribe no tiene nada en contra de la ejecución técnica de los proyectos que se nos presentan. Visualmente todos son muy bonitos. Crecer en altura no es un crimen siempre y cuando se haga con planificación y acierto en la elección del lugar. Pero es cuanto menos curioso que, los últimos proyectos presentados por De la Torre sean técnicamente inviables en la actualidad e irrealizables por estar fuera de la norma según la legislación urbanística vigente. Pese a ello, estos proyectos se han pagado con fondos públicos, es decir, hemos pagado con dinero de todos los contribuyentes, proyectos que difícilmente verán la luz.
Málaga necesita un modelo de ciudad. Y lo necesita ahora. Necesita un proyecto que vislumbre un futuro dónde, quien no tiene casa pueda acceder a ella, con un plan de viviendas en régimen de alquiler o protección oficial.
Málaga necesita oficinas. Pero no necesita mil torres inconexas. Necesitan la elaboración de un proyecto de City, nuclear, que confluya con el actual PTA, para crear sinergias positivas, estableciendo servicios y empleo de calidad, al tiempo que viviendas. Teniendo en cuenta en dicho crecimiento la necesidad de afianzar y mejorar los sistemas generales viarios y de comunicación de esa zona por anticipado.
Málaga necesita también un puerto. No necesita una city en el puerto, sino una infraestructura marítima funcional, dinámica, que se mejore con el soterramiento del tren del puerto para unir la carga de mercancías hacia el Corredor Central y Mediterráneo. Estamos en un punto estratégico único, puerta de entrada de Europa desde el Mediterráneo y África, infravalorado por el actual gobierno municipal que nunca creyó en el puerto. Necesitamos inversiones en esta infraestructura, pero ninguna empresa va a llegar si quien ostenta la alcaldía comete un error tan grave como poner en tela de juicio el futuro del puerto.
Nuestra ciudad está llamada a ser la capital del sur de Europa. Eso solo será posible con acierto en nuestras decisiones. Con una ciudad que brille con luz propia, que sea sinónimo de buenas oportunidades y de innovación permanente. Y es que Málaga, necesita un plan, precisa de un modelo y no mil torres.