Gracias a Alejandro y Carlos

Desde el pasado fin de semana, tras la tromba de agua que sufrió Málaga y especialmente los Distritos Este y Centro, son muchas las imágenes espectaculares por los efectos de las lluvias torrenciales que se nos agolpan en nuestra retina. Las redes sociales y los nuevos canales de comunicación como el whatsapp hicieron que recorrieran toda Málaga con mucha facilidad. Del mismo modo el eco que se hicieron todos los medios de comunicación, la televisión, la radio y los medios digitales nos transportaron de inmediato a una realidad que parecía bastante cruda por la intensidad de los fenómenos meteorológicos adversos en tan corto periodo de tiempo. Por fortuna sólo cabe relatar que se produjeron daños materiales porque la peligrosidad de lo que sucedió pudo tener resultados aún peores. Es por esto que, a pesar de lo devastador de las inclemencias y sus hondas consecuencias quería traer hoy aquí en mis palabras una instantánea más positiva de todo lo acontecido la pasada madrugada del sábado al domingo en nuestra ciudad.

A las 4:30 h de la madrugada del domingo se oyó un gran estruendo en la calle Flamencos y no formaba parte de los ensordecedores truenos sino que la calle se desplomaba a los pies de las viviendas de sus residentes fruto de la virulencia de la tromba de agua. La rotura de las tuberías que iban por debajo de la calzada dejó a los vecinos sin gas, agua, luz o internet aunque a estas horas ya habrán recuperado todos los servicios de forma transitoria.

Visto con la calma que dan las horas una vez pasados los hechos y observando todos los detalles de lo sucedido en la Calle Flamencos de Cerrado Calderón hay que destacar, positivamente, cómo la ayuda desinteresada de los vecinos evitó males mayores y la emotiva historia de auxilio entre amigos. De como Alejandro y Carlos detuvieron el coche de la policía nacional para impedir que cayeran por el abismo que se hizo en la calzada nos toca el corazón para sacar de todo lo sucedido el atisbo de una sonrisa.