BLOGOSFERA

José Andrés Torres Mora

A los nacionalistas los trae la cigüeña


No estoy de acuerdo con los nacionalistas, pero son inevitables. Los nacionalistas creen en la idea de nación. Es verdad que lo que para unos nacionalistas es una nación, para otros es un problema; pero en todo caso, todo nacionalista cree en “su” idea de nación. En sociología nos enseñaban la diferencia entre status adscrito y adquirido. Adscrito es el que te cae encima nada más nacer, sin que tú hagas nada para merecerlo. Adquirido es el que tú consigues por tus propios méritos. Por ejemplo, el status de profesor de universidad. Normalmente a ninguna madre le dicen: “acaba de tener usted un profesor titular de sociología”. Eso te toca ganártelo.

Para los nacionalistas la nación es algo más bien natural, y adscrito, que político y adquirido, entras a formar parte de una nación como entras en la familia: naciendo. En esto los hay más o menos estrictos. Los hay que no te dejan entrar de ninguna manera, y los hay más flexibles, como la tribu de los crows, que para darle la nacionalidad a Richard Harris, en Un hombre llamado caballo, lo colgaban con unos ganchos por las tetillas a una viga y le daban vueltas, aquí recientemente se ha aprobado hacerles un examen a los sefardíes que quieran ser españoles, lo que, dependiendo del temario, puede ser un avance en comparación con los crows,. En mi caso, advertido de que se iniciaba la década prodigiosa, me presenté en Málaga un uno de enero de 1960, no fuera a perderme algún prodigio, y a ojos de los nacionalistas que mandaban entonces en España, yo era varón y español. Lo que, en general, me ha traído importantes ventajas, y eso sin que me colgaran por las tetillas ni me tuviera que estudiar ningún temario.

Es verdad que algunos status son más fáciles de adscribir que otros, por ejemplo, lo de varón o mujer es relativamente sencillo, pero lo de la nacionalidad necesita un contexto. Así, mirando al niño a pelo, o a piel, depende de cómo sea el niño, no es tan fácil adscribirle la identidad nacional. Si estás en África y te encuentras a un bebe de piel clara, ojos azules y pelo rubio, en una cabaña de madera encima de un árbol, puedes estar seguro de que no es guineano, sino que probablemente sea lord Greystoke, y tu, casi seguro, un gorila. Y, por mucho que te esfuerces como gorila en educarlo como a un hijo, estarás criando a un inglés, te dirá un nacionalista. Ahora bien, si estás en un paritorio de Estados Unidos, y el bebe es de piel oscura, puedes apostar la vida a que el niño es norteamericano. Por eso, a cierta edad, lo mejor es preguntar.

En la reciente encuesta preelectoral del CIS para Cataluña, preguntados por su identidad, un 22% de los entrevistados afirman que se sienten sólo catalanes. Y un 5% sólo españoles. Un 73%, por tanto, se sienten españoles y catalanes. ¿Es Cataluña una nación? Parece más que una nación, parece un territorio en el que convive muy bien una sola comunidad política formada por personas que tienen distintos sentimientos de identidad nacional y pertenencia. Que Cataluña sea un Estado independiente o una provincia de un Estado centralista, son dos opciones que no encajan con esa realidad social, porque ambas violentan a la gran mayoría de sus ciudadanos. Es algo que los nacionalistas españoles y catalanes nunca han entendido. Yo tampoco los entiendo a ellos, aunque sí entiendo que son inevitables.

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