BLOGOSFERA
2014
Es el último día del año. Día de reflexión, de balance, de pensar en el futuro. No me gustó nada el balance que hizo el invisible Presidente del Gobierno de España, un tal Mariano Rajoy. Pero he de reconocer que sus asesores estuvieron hábiles y avispados al hacerle hablar ya saben, la política no deja de ser una historia de play back- sobre empleo y economía.
Nos vamos al año 1992. Hay elecciones en los Estados Unidos de América. El Presidente es nada menos que George Bush padre, republicano, es decir, conservador. Y su oponente es un novato, Gobernador del Estado de Arkansas, un tal Bill Clinton. Bush aprovechó la primera guerra de Irak, la que sirvió para defender a Kuwait y atacar por primera vez al rebelde Sadam Hussein, para basar su campaña en la política exterior. En plena crisis económica, Clinton se dirigió al pueblo americano para hablar de economía y empleo, de sus propias vidas. Bush tenía todas las de ganar. Era más popular y conocido que Clinton, después de cuatro años presidenciales. Tenía medios y poder real. Era, en la jerga americana, el incumbent. Por su parte, Bill Clinton era el challenger, el aspirante, surgido de la nada, con pocos medios y casi predestinado a la derrota. Pero habló de economía y de empleo y ganó las elecciones. Alguno de sus asesores quizás un periodista- acuñó entonces la conocida y celebrada expresión ¡Es la economía, estúpidos!" Y desde entonces se utiliza para señalar el marco lógico de la política. O de las campañas electorales.
En España, en el año 2014, no hay que ser muy brillante para saber que hay que hablar de economía y de empleo. De esperanza, como hizo Obama para derrotar a la maquinaria republicana con Bush hijo a la cabeza, con los halcones de Washington frente a él. Con seis millones de desempleados, con el coste de la vida disparado, con escasas esperanzas de encontrar un trabajo cualquiera, mal pagado, de horarios imposibles y disciplina militar, lo que de verdad importa a la ciudadanía española es la crisis, la salida de la crisis y el empleo, la creación de empleo, da igual que sea bueno, malo o regular.
Así que acertó el cobarde e invisible Rajoy en su último discurso del año. Habló de economía y de empleo y trató de comunicar algo de energía y de esperanza. No da la talla. Su perfilo es más bien plano y carece de credibilidad. Bueno, eso entre los trabajadores y las clases medias. Entre quienes le votaron para sacar tajada de la crisis conserva su credibilidad intacta. Además, ha diseñado, al más puro estilo americano, una excelente cortina de humo: Ley de Seguridad Ciudadana, Ley de protección del no nacido, revisión del Código Penal. Polémicas importantes pero que en este caso parecen bien diseñadas para quemar a posibles aspirantes a la sucesión y también para distraer la atención ciudadana. En España, los salarios bajan, las pensiones bajan, los servicios públicos pierden peso y al mismo tiempo, según la banca suiza, hay 47.000 nuevos millonarios desde que llegara el PP al Gobierno de España. Confiemos en el año nuevo que empieza ya. No puede ser peor que el que despedimos.