Hoy, más que nunca, muchas miradas miran al sur buscando una alternativa real contra las políticas de la derecha

2013 ha sido el año en que más evidente es la diferencia entre cómo nos enfrentamos en Andalucía a la crisis económica y política y cómo lo hace el PP en el Gobierno de España.

Hemos perdido derechos y se siguen perdiendo empleos. Y sigue sin vislumbrarse la recuperación económica, a pesar de que Rajoy la vaticine.

Un año en el que los beneficios de los bancos han subido, pero sin embargo, se encadenan trimestres y trimestres de bajadas de los sueldos de los trabajadores.

Donde el Gobierno del PP ha seguido atacando a Andalucía como por ejemplo con su negativa a impulsar un Plan Extraordinario de Empleo, que hemos reclamado en reiteradas ocasiones los socialistas y le seguiremos preguntando a Rajoy ¿por qué lo que sirve para Canarias y Extremadura se le niega a nuestra tierra?.

Pero, además, 2013 ha sido el año del retroceso en derechos. El PP también cierra este año con la muestra más clara de su Contrarreforma: la ley que criminaliza a las mujeres y atenta contra su derecho a decidir libremente sobre su cuerpo. Basta tomar como muestra esta ley para hacer un balance del año en España, pero a esto se une la antidemocrática reforma de la Administración Local, el copago farmacéutico hospitalario, la devaluación de las pensiones, la fatídica Ley Wert, que supone un claro retroceso en la equidad y calidad educativa o el recorte de 19.600 becarios en nuestro país, más de la mitad de ellos, andaluces.

Pero este año que acaba, también ha sido un año en blanco para el PP un andaluz sin propuestas, sin iniciativas y sin líder. Un partido cuyo proyecto para Andalucía es un calco del proyecto que los diputados, senadores y cargos institucionales andaluces del PP defienden y votan en Madrid y que está basado en la desigualdad.