Que nuestros entornos, bienes, productos y servicios sean accesibles, no es un problema de las 3. 528.221 personas con alguna discapacidad, según el Instituto Nacional de Estadística, es un Derecho Fundamental en defensa de la Igualdad de oportunidades para todas las personas.

Personas que tienen derecho a su dignidad, a su autonomía individual, a no ser discriminadas, a participar plena y efectivamente en nuestra sociedad.

Nuestra condición humana, nos hace a todos y todas diferentes y esa diversidad debe ser respetada e inclusiva, en base a principios fundamentales recogidos en la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad, compromiso al que nos adherimos como país en el año 2007.

Por tanto no hay más camino que la accesibilidad Universal para nuestros entornos, bienes, productos y servicios, como derecho fundamental de todas las personas, para las que tienen reconocida alguna discapacidad y para aquellas que podamos padecerla en algún momento de nuestro ciclo vital, siempre siendo conscientes que discapacidades tenemos todos y todas.

Las personas necesitamos desenvolvernos en una sociedad, donde todo sea entendible, evitando esas dificultades que impiden que nos desarrollemos como tal, por tanto es elemental desarrollar, reglamentar y dotar de recursos a la accesibilidad cognitiva.

Para ello, el pasado mes de diciembre, junto a CERMI Y PLENA INCLUSIÓN, y por unanimidad,  aprobamos el texto de reforma de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad, para posibilitar la regulación de la accesibilidad cognitiva, sus condiciones y aplicación, como parte fundamental de la Accesibilidad Universal.

En este dictamen aprobado, definimos la accesibilidad cognitiva, dentro del marco de la accesibilidad universal, creándose un centro de referencia Estatal que se incluirá en este nuevo concepto en el Plan Nacional de accesibilidad.

Estas son las cosas que dan todo el sentido a lo que hacemos, una política útil, facilitadora de mejoras para todas las personas, promoviendo que los entornos sean más comprensibles y las personas más autónomas.

Y tal como me expresaba al finalizar la intervención en Comisión del Congreso, previa a su aprobación por unanimidad y nombrando siempre a mi referenciada María Zambrano: “ No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero”.