525 menores huérfanos victimas de la violencia de género, 310 menores de edad y 215 mayores de 18 años son los datos oficiales desde que se recogen en 2013 a la actualidad. Todas y todos ellos víctimas de la brutal violencia machista, que arrasa con la vida de ellas y de todos sus seres queridos.

Lorena Requena Portero, fue asesinada por su expareja cuando iba al colegio a recoger a sus hijas de seis y cuatro años. Fue asesinada por haber puesto fin a una relación perniciosa, por decidir romper con el control. Y cuando los maltratadores pierden ese control, ejecutan. Y a ella le arrebataron su vida, pero a sus hijas las llevó a una doble orfandad. ¿Cómo se les explica a unas niñas, que han asesinado a su madre y que quien lo ha hecho ha sido su propio padre? Teniendo claro que un maltratador nunca puede ser un buen padre y que, además, quienes las atiendan para reconstruir sus vidas, no podrán alimentar ese vínculo ¿Quiénes se ocuparán de que crezcan libres, sin cargos de culpabilidad, con las garantías y recursos suficientes para sobrevivir a esta terrible tragedia? Las respuestas a la mayoría de estas preguntas, las debemos dar las administraciones públicas, como protectores del interés superior de nuestros menores.

Se han dado pasos transcendentales con la aprobación de la Ley 3/2019, de mejora de la situación de orfandad de las hijas e hijos de víctimas de violencia de género y otras formas de violencia contra la mujer. Esa ley supuso el reconocimiento del derecho de los y las huérfanas por violencia de género a una pensión, sin depender de que su madre haya cotizado o no a la seguridad social, elevando al igual su cuantía y su acceso automático. Para llegar hasta aquí, tuvo un papel fundamental el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que recoge esta medida, y es por ello por lo que ratificamos su necesario impulso como elemento fundamental, en la lucha contra la violencia machista como una cuestión de Estado.

Pero teníamos que seguir avanzando en mejorar la vida de las víctimas que se quedan. Por sus huérfanos y huérfanas, es por lo que hemos hecho nuestras las iniciativas planteadas por la Fundación Mujeres. Mostrando un firme ejemplo de apoyo integral a estas víctimas, presentando una proposición de Ley Orgánica de mejora de la protección de las personas huérfanas víctimas de la violencia de género, que persigue atender su situación de especial vulnerabilidad, facilitando el acceso a las indemnizaciones civiles, agilizando los procesos sucesorios y posibilitando su acceso a los bienes y derechos de la herencia de sus madres.

Hemos dado un paso decisivo, aprobando en Comisión su dictamen. Seguiremos legislando desde el grupo socialista en complicidad con los y las representantes de la sociedad civil y en eliminar esta masacre de la violencia machista. Pero mientras exista este horror, la protección de esas vidas que se quedan, seguirán siendo nuestra prioridad absoluta.