BLOGOSFERA
Malas noticias para la derecha
Se las prometía muy felices la derecha tras el éxito cosechado en las elecciones autonómicas celebradas en la Comunidad de Madrid, en las que Partido Popular y VOX han alcanzado la mayoría absoluta. Desde ese momento, entendieron que se había producido un punto de inflexión y que el desgaste del gobierno progresista les llevaría irremediablemente a la Moncloa más pronto que tarde. Sin embargo, en los últimos días se han venido sucediendo buenas noticias para España, o lo que es lo mismo, malas noticias para los “patriotas” de PP y VOX.
El proceso de vacunación va como un tiro (así lo describe la ministra Darias) y las cifras así lo corroboran. En los últimos días se ha alcanzado un nuevo récord diario de dosis administradas, concretamente 733.245 en veinticuatro horas. En la presente semana, España va a recibir 6 millones de vacunas, lo que permitirá aumentar todavía más el ritmo de vacunación. Más de un tercio de la sociedad española está ya inmunizada con la pauta completa y más de un 50% de los españoles tenemos ya como mínimo una vacuna puesta. Las reiteradas críticas de Casado al Plan de Vacunación y las dudas sobre su grado de cumplimiento se han caído por su propio peso.
Como consecuencia del buen ritmo de vacunación, el Gobierno ha aprobado que la mascarilla deje de ser obligatoria en exteriores y en determinadas circunstancias desde el pasado 26 de junio. Varias comunidades autónomas, sobre todo las más turísticas, habían planteado la conveniencia de adoptar esta medida en espacios abiertos en verano antes del día 1 de julio. El PP ha montado en cólera porque la medida la ha hecho pública el presidente Sánchez, acusándolo de que sólo anuncia lo bueno y lo utiliza para encubrir otras polémicas decisiones.
Como no hay dos sin tres, el Gobierno, ante la desorbitada subida de la luz también ha movido ficha y ha aprobado la reducción del IVA del 21 al 10%. Serán 25 millones de hogares los beneficiarios. Para este tercer trimestre del año, el Gobierno también ha decidido suspender el 7% del Impuesto sobre el Valor de Producción de Energía Eléctrica. Tampoco les ha gustado esta medida a la derecha y a la extrema derecha. Habría que recordarles a PP y VOX que fue un gobierno de derechas, el de Aznar, el que completó el proceso de privatización de Endesa y otro gobierno de derechas, el de Rajoy, el que subió el IVA de la luz desde el 18 al 21%.
Para completar el póker de malos ratos para Casado y Abascal, recientemente visitó nuestro país Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para aprobar los Fondos de Recuperación que van a proporcionar a España 70.000 millones de euros a fondo perdido. La presidenta declaró que el Plan presentado por el Gobierno español “responde de forma integral y adecuadamente equilibrada” a lo que Europa demandaba. Todos los intentos de Casado y la derecha española para desprestigiar al presidente español y que estos fondos no llegaran a nuestro país han caído en saco roto. No olvidaremos la infame reunión de Casado con los 27 embajadores de los países de la Unión para maniobrar contra Sánchez y contra su propio país, al que tanto dice amar.
Y la puntilla ha llegado de la forma más sorprendente, ante los apoyos recibidos por el Gobierno con los indultos. La derecha ha pinchado en la recogida de firmas y ha pinchado en la reedición de la manifestación Colón II. Lo que no podían imaginar era que la Confederación de Empresarios, los obispos catalanes y la Conferencia Episcopal apoyaran la medida de gracia (legal y constitucional) para abrir un nuevo tiempo de diálogo y política en el conflicto catalán. Los indultos aprobados son, sin duda, una decisión arriesgada, controvertida y también valiente, pero posiblemente el único camino a seguir. La receta de la derecha en este caso ya la conocemos: recogidas de firmas, recursos de inconstitucionalidad, tribunales y Código Penal. La derecha no tiene alternativas para la configuración territorial de nuestro país.
Lo dicho, cuando más felices se las prometían en la derecha, se han sucedido buenas noticias para España que, paradójicamente, son a su vez, malas noticias para la derecha y la extrema derecha.