BLOGOSFERA
El sillón por delante, incluso de la Humanidad
La reciente crisis migratoria que ha sufrido Ceuta ha servido para que salga a la luz cuán débil es el gobierno de la Junta de Andalucía y los peajes que tiene que pagar por contar con el apoyo de los que hasta la semana pasada eran sus socios de ultraderecha. Dentro de ese tablero de ajedrez con el que Moreno Bonilla y Bendodo quieren manejar la realidad de la política andaluza al margen de los intereses ciudadanos, parece que los movimientos con los que intentan seguir en el poder a toda costa han sido en vano y que ahora ha caído el clavo al que tanto PP como C's se agarraron para llegar a la presidencia.
Porque la cara B del pacto por el que Vox y sus parlamentarios otorgaron su respaldo a Moreno Bonilla conllevaba permitir que el gobierno andaluz actuara bajo los dictados de la extrema derecha, aunque eso supusiera un ataque directo a los avances a los derechos conseguidos en los últimos 30 años en nuestra región. El intento de imponer el pin parental, negación de la violencia machista o el menosprecio a las políticas feministas y a la libertad que tiene una mujer para seguir o no con un embarazo no deseado han sido los tintes que hemos visto dentro de este gobierno desde que comenzó la legislatura. Era Vox el que mandaba y Moreno Bonilla solo el que firmaba los decretos.
Y ahora le ha tocado a la inmigración. Con la gravedad de la última crisis en Ceuta, Moreno Bonilla ha descubierto, no sabemos si ya tarde, el verdadero rostro que tenían sus socios de extrema-derecha. No sabemos qué habría dicho el presidente del PP andaluz de no estar gobernando ni si se habría situado al lado de los postulados que defiende Santiago Abascal, recordemos que el PP ha sido siempre muy proclive a hacer manifestaciones similares en otros momentos. Pero ahora, como máximo representante de la Junta, Moreno Bonilla y todo un gobierno no han sabido qué hacer desde el principio instalándose en el más absoluto silencio cuando el gobierno central y la comunidad internacional ya empezaban a realizar su trabajo.
Moreno Bonilla callaba cuando Pedro Sánchez ponía los medios para salvaguardar la integridad territorial de nuestro país y, a la vez, ofrecer ayuda humanitaria. Moreno Bonilla seguía escondiendo la cabeza cuando ONGs como Cruz Roja, SAMU, Cruz Blanca y Save the Children ayudaban a los menores. Y seguía sin actuar cuando el Consejo Europeo trasladaba su solidaridad al gobierno español. Ha callado incluso cuando tenía al lado a sus socios de Vox fomentando el chantaje racista, intolerable e inhumano. Callaba porque, como en otras muchas ocasiones, no ha estado a la altura.
Pero esta falta de valentía política todavía tenía que dar un paso más porque seguía más pendiente de conservar el poder que en ejercerlo de forma responsable y, sobre todo, de forma humanitaria. Andalucía ha sido siempre una tierra de brazos abiertos, especialmente con Marruecos. Por eso sorprende que el desorden se apoderara del consejo de gobierno de la Junta y que, solo en el último momento, se hayan visto obligados a anunciar que acogerían a menores en situación irregular. Y ha sido un anuncio hecho con la boca pequeña para no molestar a Vox que, como ya se ha visto, para lo único que le ha servido esta crisis en Ceuta ha sido para intentar hacer un mitin político y seguir incendiando con sus proclamas neofascistas que solo quieren seguir poniendo en duda nuestro sistema democrático y los principios de igualdad y convivencia que lo sustentan.
A Moreno Bonilla, con o sin amenaza de adelanto electoral, le ha faltado lealtad con Ceuta, con Andalucía como Comunidad Autónoma más cercana a esta situación y, por supuesto, con el gobierno central. Le ha faltado valentía para coordinarse con el resto de instituciones que ya habían puesto en marcha la respuesta humanitaria que se requería. Le ha faltado ser, simplemente, presidente de un gobierno como el de la Junta de Andalucía.
Por mucho que lo intente, y haya adelanto electoral o no, no es capaz de salirse del papel de presidente del PP andaluz. Y llega tarde ya para empezar a hacerlo.