BLOGOSFERA
Límite 48 horas
En apenas 48 horas Andalucía afronta tres citas extraordinariamente relevantes para su futuro político y económico: el último Pleno del Parlamento, en el que se someterá a debate y votación el Presupuesto de la Junta de Andalucía para el año 2015; la reunión de su presidenta, Susana Díaz, con el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, para consensuar la necesidad de acometer importantes inversiones estratégicas en Andalucía si finalmente se lleva a cabo el llamado Plan Juncker de inversiones financiadas por la Unión Europea; y ya el martes la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera, a propuesta del Ministerio de Hacienda, para abordar diversas cuestiones cruciales relacionadas con la financiación autonómica.
La política es compleja, y esta completa agenda de trabajo así lo demuestra. El año 2015, y las medidas que se podrán llevar a cabo para que la ciudadanía se sienta bien representada, bien defendida contra la crisis, dependen en buena medida del éxito o fracaso de estas tres conversaciones, entre personas (la cumbre Díaz Rajoy), entre partidos políticos (Pleno del Parlamento) y entre instituciones (las distintas comunidades autónomas con el Ministerio de Hacienda en el Consejo de Política Fiscal y Financiera). Hay muchas variables que intervienen en la vida política, y van desde la sintonía personal (que se lo pregunten por ejemplo a Felipe González y a Helmut Kohl) a la lealtad institucional (como hizo Zapatero con Andalucía pagando lo que no quiso pagar Aznar, y que nos correspondía justamente), pasando por el respeto a las instituciones, la seriedad y el rigor político, jurídico y económico.
Todo el trabajo de un año desemboca, ya a finales de año, en una triple cita esencial. Andalucía acude a las tres con sus deberes hechos. El pacto de gobierno ha funcionado bien le pese a quien le pese y con toda seguridad va a aprobar los terceros presupuestos de la legislatura. Tres de tres. La Consejería de Hacienda ha hecho un esfuerzo titánico y ha logrado cumplir con el objetivo de déficit impuesto por el Gobierno de España a las comunidades autónomas sin renunciar a la cartera de servicios públicos, recuperando parte del poder adquisitivo restado a los trabajadores públicos en su momento, y con un ajuste del gasto tan serio como doloroso. Nadie cuestiona las cuentas de Andalucía, mientras que las previsiones de, por ejemplo, Valencia, Madrid y Murcia están muy en entredicho.
Y también acompaña la justicia a las peticiones que Susana Díaz ha planteado a Mariano Rajoy en su demanda de poner el foco en Andalucía cuando se concrete el plan de estímulo que ha puesto encima de la mesa la Comisión Europea. No es de recibo que se deje de lado a nuestra comunidad autónoma en un asunto tan importante como éste. Los medios de comunicación ya recogieron en su momento que desde el Gobierno de España se pretendía dejar de lado a Andalucía en su listado de prioridades. Pero el Gobierno de la Junta de Andalucía ha reaccionado a tiempo, con lealtad y contundencia, y ha pedido sencillamente lo que considera justo, con el corredor ferroviario que conecta Algeciras y Bobadilla a la cabeza de nuestras prioridades, una inversión crucial y de importancia transversal para toda nuestra comunidad autónoma.
La política va mucho más allá de una estrategia de comunicación medida, de un titular más o menos acertado, del oportunismo político de despacho. La política de verdad, la que se ocupa y preocupa de la sociedad, va mucho más allá de cálculos electoralistas a muy corto plazo y requiere de mucho rigor, mucha diplomacia, mucha negociación y muchos argumentos. La palabra, como el papel, todo lo sostiene. Pero a la hora de la verdad un buen gobernante sabe que la retórica sin acción no deja de ser un brindis al sol, un canto puro a la vanidad personal. Estas 48 horas no son una película de ficción. Sus efectos serán muy reales sobre Andalucía y los andaluces. No se trata de que nos toque la lotería, sino de que se actúe con equidad y responsabilidad. Tan sencillo como eso, y tan difícil de explicar a veces. Veremos.