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María Gámez Gámez

La prisión ciudadana


Con más de 10.000 metros cuadrados de superficie construida y 14.000 metros utilizables, la Antigua Prisión Provincial de Málaga es un edificio en pleno corazón de Málaga con una excelente potencialidad. Enclavado en un distrito altamente densificado y con apenas infraestructuras culturales y ciudadanas, es perfecto para convertirse en uno de los espacios más interesantes para el fomento de la cultura, la participación y el desarrollo del talento de los habitantes de su entorno y de la ciudad en su conjunto.

Basta observar sus amplios y altos muros y la soberbia planta de su fachada para advertir que podría convertirse en una de las centralidades más dinámicas de Málaga. Mucho tiempo ha pasado desde que el Ayuntamiento sumara al patrimonio de la ciudad este edificio de los años treinta que simboliza para muchos malagueños años de represión y sufrimiento. Pues bien, a día de hoy, el Consistorio de la ciudad sigue sin tener claro el destino de este equipamiento tan necesario para el distrito, como para el emprendimiento social y cultural de la ciudadanía. Los magnos proyectos faraónicos y museísticos tienen la mente y el presupuesto ocupados de los responsables municipales y las infraestructuras que necesitan los distritos malagueños brillan por su ausencia a pocos meses del final de la legislatura.

El Distrito Cruz de Humilladero es un sector de la ciudad muy castigado por la crisis económica y sus jóvenes, por ejemplo, muchos de ellos con capacidad y alta formación, necesitan de espacios para desarrollar, proponer y lanzar nuevas ideas que reorienten su formación y su vida laboral, social y cultural. Pero no sólo éstos, los colectivos culturales, sociales y vecinales pueden aportar mucho a este nuevo proyecto que les propongo; donde la ciudadanía adquiere el protagonismo como hacedora y propulsora de actividades culturales y sociales, comprometiéndose así con la mejora colectiva de las condiciones sociales, educativas y culturales de su entorno más próximo. Pero no es sólo un proyecto para la vecindad del distrito, en él caben los emprendedores sociales y culturales, los creadores, de toda la ciudad.

Necesitamos espacios llenos de talento, ideas, propuestas, ilusión y fuerza que proyecten de Málaga la imagen no sólo de ciudad de museos, sino de gran urbe generadora de nuevas iniciativas culturales y sociales donde sus habitantes son protagonistas; capaces de competir en liderazgo con otras regiones y ciudades europeas. La revolución que les quiero transmitir es por supuesto cultural, pero fundamentalmente, ciudadana. En nuestro país, los centros culturales tienen su inicio a mediados del siglo XIX con la aparición y desarrollo de los ateneos culturales. Estos espacios, generalmente gestionados por asociaciones civiles, suplían multitud de carencias educativas y culturales existentes en la sociedad de la época y tenían un claro objetivo: la mejora cultural del barrio. La mayoría de éstos desaparecieron fruto de la vil y desoladora contienda civil que desgraciadamente asoló nuestro país. En la actualidad, la mayoría de espacios culturales son gestionados en su totalidad por instituciones públicas, ya sean locales, regionales o estatales o por cajas de ahorro, entidades financieras o empresas. La ciudadanía como concepto generador de cultura independiente carece de escena para la programación cultural y social de actividades.

La Málaga del más que incipiente siglo XXI requiere de espacios culturales y sociales independientes gestionados desde abajo, cumpliendo una función social imprescindible para el encuentro, la colaboración y la cohesión vecinal, nutriendo el intercambio de ideas y propuestas y propiciando espacios para el desarrollo personal y social de los individuos. El espacio de la Antigua Prisión Provincial de Málaga puede convertirse en el espacio que aglutine formación y producción cultural participativa elaborada por individuos y entidades culturales, sociales, educativas y ecologistas, siendo el contenedor de las propuestas de artistas, creadores, arquitectos, urbanistas, músicos o emprendedores. La perfecta infraestructura donde la ciudadanía sea protagonista de programas de acción cultural, formativa y creativa a partir de sus propias inquietudes y demandas. En definitiva, los socialistas pretendemos, de manera participativa y consensuada, crear una nueva entidad vinculada y corresponsabilizada con el proyecto, donde el Ayuntamiento sea el mero árbitro de una comunidad multidisciplinar dinámica y socialmente madura. Ese es nuestro principal reto, no se exigen demasiados recursos, tan sólo voluntad política y apuesta por la sociedad civil malagueña.

TRANSPARENCIA

Información económica sobre el PSOE de Málaga y de sus cargos