BLOGOSFERA
La cultura emergente
María Zambrano escribió que «la cultura es el despertar del hombre». Navegar en la definición del concepto de cultura requiere infinidad de perspectivas que nos den una acepción completa. Del mismo modo debe permitir a todos sus protagonistas identificarse con la misma. No es necesario tener que detallar ni enumerar cuáles son esos nombres propios que configuran el protagonismo de la cultura en general. Menos aún, en una ciudad como la nuestra donde la interrelación entre los actores y actrices principales de la cultura conviven en una cercanía que facilita la feliz y enriquecedora correa de transmisión ante el crisol de muestras culturales malagueñas.
La política cultural que se ha llevado a cabo en los últimos años desde el Ayuntamiento de Málaga presenta profundas oquedades. Sombras en las que la falta de dirección se evidencia en los agujeros negros en los que se difuminan abultados presupuestos de los que la ciudadanía pide el rendimiento de cuentas exigible, públicamente, al equipo de gobierno municipal del PP.
Desde el Ayuntamiento se han hecho suyas algunas banderas culturales con las que se disfrazan electoralistas gobernantes. La ciudad cultural que todos deseamos no es la que se construye a golpe de calendario electoral. Las hojas del almanaque no pueden caer sólo con el objetivo de inauguraciones vespertinas para acudir a tiempo a la cita con las urnas. La galería de escaparates, legislatura tras legislatura desde la Casona, como estrategia política del PP en Málaga, ya no evidencian la talla de un proyecto político sino una suerte de tiovivo oportunista que deja al descubierto la ausencia de criterio y los bandazos de la política cultural del PP en Málaga. En mayor abundamiento se ha hecho una identificación muy miope de cultura igual a museo. Además se ha hipertrofiado la exhibición mientras se ha despreciado la creación.
El nuevo gobierno municipal que surja de la celebración de las elecciones del próximo mes de mayo, que aspiro a presidir, tiene una tarea ardua pero ilusionante en muchas materias, especialmente, en la cultura. Es indudable que hay espacios culturales en la ciudad de reconocido prestigio nacional e internacional que nos enorgullecen a todos. Por lo tanto, se preservará y mimará todo aquello que la ciudad hace suyo como identidad cultural de su ADN. Una vez reconocido el valor de lo existente, creemos un valor añadido dando espacio a la fuente inagotable de creatividad que en la actualidad brota con vigorosidad en la ciudad y que los tapones de lo clásico en la gestión cultural obstaculizan en su progreso. La simbiosis perfecta entre la naturalidad emergente artística de la ciudad y las corrientes creativas provenientes de la globalización darán como resultado un río infinito donde la cultura, a través de la innovación, nos colocará en la primera liga internacional del arte.
¿Por qué el talento propio, el malagueño, tiene que buscar fuera el reconocimiento, el espacio y la ayuda que no encuentra dentro de su ciudad? La feria internacional de arte contemporáneo de Barcelona ha premiado, hace unos días, al malagueño, Javier Calleja, como el mejor artista español. Y en el pujante colectivo artístico «Cienfuegos» encontramos la figura del creador Ignacio Estudillo, premiado en la National Portrait Gallery en Londres. Estos dos casos valen como ejemplos de la realidad cultural que se desarrolla en la ciudad en multitud de disciplinas (literatura, artes escénicas, música, etc.) Incidiendo en estos ejemplos es inmenso el caudal que recoge con fuerza los espacios expositivos autogestionados que requieren de nuestra parte una especial atención para estimularlos y darles el lugar que se merecen en la ciudad. No podemos más que sumarnos a una realidad de fuerza espontánea que ha surgido con multitud de caras por toda la ciudad. Así iniciativas como Casa Sostoa, Los Interventores, La Casa Rosa, La Casa Amarilla, Procesos Cruzados, Villa Puchero Factory, La Azotea de Mármoles y El estudio de Ignacio del Río, entre otros muchos, muestran con nitidez que algo ingente está sucediendo con la cultura en Málaga. Mi compromiso es apoyar y reconocer esa fuerza creadora autóctona. Crear una política cultural más allá de los museos, hacerla llegar a los barrios, crear gusto y afición por las distintas expresiones culturales, diversificar nuestra oferta cultural para que deje de ser un mero escaparate. Sólo así conseguiremos el verdadero despertar cultural de esta ciudad.