BLOGOSFERA
La carta de la Reina
Los Reyes de España visitaron Málaga a finales de septiembre y en la puerta del Museo Picasso una niña de doce años, hija de una trabajadora de una UTEDLT (Unidades Territoriales de Empleo, Desarrollo Local y Tecnológico) cerrada por la Junta de Andalucía en cumplimiento del plan de reducción del sector público impuesto por el Gobierno de España, aprovechó la ocasión para entregar a Doña Leticia una carta en la que le contaba la situación de su madre, sin empleo, quizás con sentencia de readmisión del Tribunal Supremo, con toda seguridad desesperada.
Doña Leticia contestó a Leyre, que así se llama la niña. Y le dijo que no podía interferir en los asuntos internos de la administración. Contestó pronto y dijo la verdad, y esa carta de respuesta de la Reina de España fue para todos los trabajadores de las UTEDLTs una pequeña victoria que les permitió volver a los medios de comunicación tan mundanos, tan frívolos la mayoría de ellos- para poner el foco de nuevo en su problemática, oscurecida por vieja, por sabida y también porque la actualidad avasalla con sus innumerables dramas terribles.
Todas estas familias recibieron un espaldarazo con esa respuesta, pese a su aparente inutilidad. Pero la caverna de la izquierda, que también existe, se ha lanzado feroz y rauda contra la Reina, contra su carta, contra su contenido y contra la monarquía, otra vez. No se han parado a pensar en la importancia que tiene esa carta, primero para esa niña de doce años, pero también para su madre sin empleo y con el agua al cuello y el deseo y la necesidad de ser readmitida. No han prestado atención al problema de fondo, ni se han parado a pensar si esa carta ha conseguido algo, que sí lo ha hecho. La jauría humana olió la sangre desparramada por titulares cargados de odio y se lanzó frenética tras el rastro en las redes sociales, ese lugar sin reglas donde todo vale, contra todo.
La Junta de Andalucía cerró muchos consorcios para cumplir con sus compromisos con el Gobierno, y ahora muchos de los trabajadores despedidos tienen sentencias a su favor del Tribunal Supremo. La Junta de Andalucía ha preguntado al Supremo por la ejecución de esas sentencias, lo que supondría desobedecer las restrictivas leyes de contratación en el sector público que ha promulgado el Gobierno de España en su infinito ajuste económico. Y en esas estamos. Puestos a buscar culpables se me ocurren muchas personas y muchas instituciones. Y puestos a señalar con el dedo hay otros muchos de sitios a los que acusar del desamparo de estas personas antes que a la Casa Real o a la Reina de España. Pero todo eso no importa. Este país necesita acabar con todo y demoler sus instituciones, cuanto antes, a cualquier precio, sin marcha atrás.
En el próximo Pleno del Parlamento volveremos a hablar de la situación de quienes trabajaban en estas UTEDLTs, de los Agentes Locales de Empleo, también despedidos, y muy pronto lo haremos de los profesionales de la Red Orienta. La carta de la Reina ha servido para dar un aliento de esperanza a quienes siguen luchando por sus derechos, después de tantos meses, y quizás para demostrar a una niña de doce años que todavía hay gente que tiene un rato para leer y que conserva la actitud adecuada para contestar cartas como la suya, aunque sea desde la impotencia. Ojalá que la Reina de España siga haciendo lo que ha hecho. Son otros los que deberían sentir vergüenza.