BLOGOSFERA
¿Quo Vadis, Málaga?
Hemos celebrado un Pleno extraordinario a petición del Grupo Municipal Socialista, para debatir sobre la política museística de la ciudad. El anuncio de dos nuevos museos que parece que toman cuerpo (sendas sucursales del Pompidou en el Puerto y del Museo de Arte Ruso de San Petersburgo en la Tabacalera) hace que más que nunca nos preguntemos hacia dónde vamos en materia cultural y muy concretamente en lo que parece ser en esta ciudad casi la única política cultural, que es la de los museos.
Conviene preguntarnos si lo que vamos a hacer contribuye a algún objetivo claro, a qué precio, y cuál es la sostenibilidad del sistema. O sea, si podremos seguir pagando con fondos municipales sus necesidades para sobrevivir. Parece del todo lógico que en un momento como el actual, de grandes necesidades y escasez de recursos, con un paro galopante, y con servicios de poca calidad o escasos la limpieza- hagamos reflexionar al equipo de gobierno, al Sr. De la Torre en primer lugar, a dónde vamos y qué pretendemos conseguir.
Una ciudad que ronda la treintena de museos ( aunque algunos más bien merezcan la denominación de colecciones o centros de interpretación, pero por ahora lo llaman museos), y que dedica casi un dos por ciento del presupuesto a mantener los existentes de titularidad o compromiso municipal, 10 millones de euros al año ( diez veces más de lo que le dedica al mantenimiento del colegios o una tercera parte más de lo que le dedica a fomento del empleo) requiere alguna reflexión. Estos datos unidos a la cifra cercana a los 100 millones invertida en infraestructura museística (o con intención de serlo) en los últimos cuatro años, requiere que alguien haga saltar las luces rojas del Consistorio alertando, comprobando la utilidad (social y económica) de semejantes cifras.
El momento si acaso no es tarde ya para hacerlo (los compromisos alcanzados con algunos coleccionistas privados nos obliga a una decena de años, y los dos anunciados a algo muy parecido a eso), es todavía oportuno porque hay en la cola de espera una veintena de proyectos museísticos anunciados, prometidos y comprometidos por el propio alcalde que no sabemos si asomarán por sorpresa algún día o si sólo servirán para una larga lista de ocurrencias de las que nunca más se sabrá (de más antiguos a más recientes el Museo de la Cerámica Ruiz de Luna, el sefardí, el del Cine, el Museo de los Museos o el de la Arquitectura y el Diseño).
La política museística de los últimos años viene marcada por la privatización, los sonados fracasos (el de Art Natura), los anuncios de cierre (el del Automóvil) o promesas de cofinanciación con socios privados que finalmente no cuajan (Cubo). No responden a ninguna planificación estratégica (reforzar el Picasso, apoyar los artistas locales, descentralizar o, por el contrario, concentrar la oferta), ni atienden a criterios siquiera de rentabilidad para la atracción de turistas o de penetración local (cuestión ésta que también nos preocupa).
Un día amanecemos con la pretensión de un Museo de las Gemas y cuatro años más tarde pretendemos incorporar al espacio vacío uno de arte ruso. Adquirimos el edificio del Astoria Victoria para uso cultural y después de 10 años sigue vacío, o inauguramos la Casa de Gerald Brenan sin contenido mientras la casa natal de Cánovas del Castillo adquirida por el Ayuntamiento está a punto de desmoronarse y ya nadie del equipo de gobierno se acuerda de ella.
Anuncios e inversiones que se producen de manera espasmódica con una única clave electoral, y compromisos a largo plazo e inversiones multimillonarias con enormes interrogantes sobre la eficiencia, la excelencia o la sostenibilidad de los mismos.
No se trata de haber borrón y cuenta nueva ante el aluvión de gastos comprometidos y tampoco se trata de desmoronar toda la gestión de estos lustros de gobierno municipal del PP; se trata de detenernos y con mesura analizar la situación para hallar los pros y contras de un escenario que se ha vuelto hostil para las arcas municipales. Las prioridades presupuestarias del Ayuntamiento de Málaga se marcan en unas necesidades básicas que atender y que urgen en su respuesta tanto en forma como en contenido por parte de la acción de gobierno municipal. No es posible que se den meses de demora en atención a solicitudes de auxilio urgente en los servicios sociales del Consistorio, frente a suntuosos gastos en futuros museos. Nuestra propuesta es contención, orden en las iniciativas culturales y asentar aquellas propuestas museísticas que sean rentables para la ciudad y que lleven aparejadas análisis económicos fiables de impacto en la creación de riqueza y empleo en nuestro municipio.
Decía el sabio Séneca que no hay viento favorable para el barco que no sabe a dónde va. Urge que Málaga encuentre su rumbo en materia cultural y museística. Mientras no lo haga, son otros, y no la ciudad, los que están beneficiándose de arribar a nuestro puerto.