BLOGOSFERA
Ayuntamiento de Cristal
La política municipal del PP en Málaga está protagonizada por infinitos titulares vacíos e inconclusos que no hacen más que inundar la realidad política de la ciudad con eslóganes que no conducen a nada y que, en realidad, después de diecinueve años de gobierno del PP la han adormilado a base de coqueteos con el marketing político. Uno de estos ejemplos más cercanos en el tiempo pasa por la marca de transparencia que el equipo de gobierno municipal del PP está intentando introducir entre las características de las políticas llevadas a cabo en la ciudad desde la Casona del parque. Nada más lejos de la realidad.
La transparencia, a mi juicio, consiste en hacer partícipe, con información nítida, a la sociedad malagueña y por ende a todos los representantes públicos que conformamos la Corporación municipal de las decisiones que han tomado desde el gobierno de la ciudad, ahora en manos del PP. Es evidente que la legitimidad que le otorga el número de concejales que posee el grupo municipal del PP les permite tomar cualquier tipo de decisión democrática, pero a éstas no pueden atribuírseles la característica de la transparencia. La ciudadanía está demandando de nosotros la talla política propia de una sociedad moderna del siglo XXI y nunca pantomimas esperpénticas en el concepto de transparencia. Ésta consiste para el Alcalde de Málaga en publicar con posterioridad la agenda que ha tenido en días precedentes. Sin embargo, no consiste en ofrecer a la oposición en el Ayuntamiento la información que se le solicita sobre infinitos temas municipales en el tiempo y plazo que fija el propio reglamento de la Corporación.
Estos días se ha reunido la Comisión de Transparencia en el Ayuntamiento de Málaga. Dicha Comisión se ha puesto en funcionamiento sin que se haya aprobado el reglamento de su funcionamiento y se ha estrenado con el Caso Raqueta. Poniendo en evidencia por un lado que el PP no cree en la transparencia dando al traste con el principal objetivo del órgano colectivo de trabajo al no poseer de normas propias de funcionamiento que delimiten los tiempos en los que la oposición pudiéramos tener acceso a la información. Del mismo modo ante requerimientos de información sobre el Caso Raquetas la información ha sido contradictoria y ha dejado al descubierto el desconcierto que reina entre los distintos integrantes del equipo de gobierno municipal del PP. La inteligencia y la modernidad de nuestra ciudad pasa, sin lugar a duda, porque el corazón de la toma de decisiones sea transparente como el cristal. A todas luces queda demostrado que las contradicciones, los informes sin firma y la entrega de documentación parcial a la oposición no vienen a definir la acepción de transparencia en la gestión de los recursos públicos de todos los malagueños.
A estos hechos acontecidos en el Ayuntamiento de Málaga y protagonizados por el equipo de gobierno municipal del PP se contraponen otros que coincidiendo en el mismo tiempo son completamente distintos: la aprobación por unanimidad de todos los grupos parlamentarios en el Parlamento de Andalucía de la Ley de Transparencia pública. En ella en su preámbulo podemos leer: Sin el conocimiento que proporciona el acceso de los ciudadanos a la información pública, difícilmente podría realizarse la formación de la opinión crítica y la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social, un objetivo irrenunciable que los poderes públicos están obligados a fomentar (artículos 9.2 de la Constitución y 10.1 del Estatuto de Autonomía para Andalucía). La presente Ley tiene por objeto profundizar en la transparencia de la actuación de los poderes públicos, entendida como uno de los instrumentos que permiten que la democracia sea más real y efectiva. Ésta no debe quedar reducida al mero ejercicio periódico del derecho de sufragio activo. Nuestro ordenamiento jurídico exige que se profundice en la articulación de los mecanismos que posibiliten el conocimiento por la ciudadanía de la actuación de los poderes públicos, de los motivos de dicha actuación, del resultado del mismo, y de la valoración que todo ello merezca. El PP ha decidido en Málaga obviar el sentido de la responsabilidad que lleva aparejado el gobierno municipal en aras a la transparencia que todos los ciudadanos nos demandan en estos momentos. Participar de la política sólo es posible si se puede acceder de una manera fácil, rápida y completa a la información que soporta la acción política. Sin ninguna duda lo que resulta concluyente es que sí afecta a todos los malagueños y el PP en Málaga debe rectificar y dar un uso coherente, nítido y pragmático a la Comisión de Transparencia del Ayuntamiento de Málaga. No podemos llegar tarde a la demanda de nuestros conciudadanos de que compartamos con ellos con absoluta visibilidad las decisiones que se toman desde el gobierno municipal.