El PSOE apuesta por una Andalucía “referente en la transición energética y la lucha contra el cambio climático, desde el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad territorial”


En una interpelación parlamentaria, Ruiz Espejo ha alertado sobre el impacto de las megaplantas fotovoltaicas y ha reclamado el consenso de todas las administraciones para hacer compatibles las instalaciones de energías renovables con el resto de actividades en el territorio, especialmente la agricultura, el turismo y la sostenibilidad ambiental


El Grupo Parlamentario Socialista ha realizado una apuesta decidida para el desarrollo de una Andalucía “referente en el modelo de transición energética y la lucha contra el cambio climático, pero partiendo siempre el respeto al medio ambiente y la sostenibilidad del territorio”.

En una intervención parlamentaria, el secretario general de los socialistas en la provincia de Málaga, José Luis Ruiz Espejo, ha destacado el firme compromiso del PSOE en este asunto. “Siempre hemos sido firmes defensores de la lucha contra el cambio climático y la energía sostenible, objetivos que son compartidos con los organismos nacionales e internacionales, abogando por una transición energética justa, basada en máxima eficiencia, electrificación y renovables como obligación ineludible”, ha expresado.

“La urgencia de la acción frente al cambio climático no nos permite retrasar la adopción de medidas de mitigación, pero sí es capital reforzar los mecanismos existentes para garantizar el máximo respeto y equilibrio entre las necesidades energéticas, ambientales y sociales”, añade.

En su interpelación al consejero competente en la materia, Juan Bravo, Ruiz Espejo ha apuntado que “sabemos que el desarrollo de las energías renovables es una oportunidad para Andalucía, que cuenta con un gran potencial eólico y solar, con más de 3.000 horas de sol al año y con empresas productoras de bienes de equipo, instalación y mantenimiento asentadas en nuestra región. Como también somos conscientes de que la llegada de fondos europeos ha acelerado el interés de grandes grupos de inversión que en muchos casos poco o nada tienen que ver con el sector energético en general o de las renovables en particular, y que puede estar generando un proceso especulativo”.

“Este ‘boom’ es el que ha provocado, como usted mismo reconocía, señor Bravo, en una comparecencia en este Parlamento del pasado mes de marzo, que en 2020 se invirtiesen en Andalucía 750 millones de euros en renovables con un total de 887 megavatios de nueva potencia eléctrica instalada, a través de los proyectos de renovables. Según sus datos señor consejero la tecnología fotovoltaica ha crecido un 50% respecto a la potencia que teníamos a finales de 2019”, ha argumentado.

Así, continúa, “se han puesto en marcha 14 nuevas centrales en el año 2020. Contando con 2.672 megavatios instalados, de los cuales tan solo 10.900 son las instalaciones de autoconsumo. En cuanto a la energía eólica, Andalucía cuenta con 154 parques, que suman una potencia eólica de 3.422 megavatios. Con todos estos datos, el 46% de la potencia del parque andaluz generador de electricidad tiene ya origen renovable”.

“Sin embargo, sí querríamos poner el foco en el impacto que tienen las megaplantas fotovoltaicas en las zonas donde se instalan, y por eso consideramos fundamental que haya un enorme consenso de todas las administraciones para hacer compatibles las instalaciones de energías renovables con el resto de actividades en el territorio, especialmente la agricultura, el turismo y la sostenibilidad ambiental”, ha insistido Ruiz Espejo.

“Por que, según datos que también hemos conocido, Andalucía podría tener actualmente más de 650 solicitudes de parques solares fotovoltaicos en tramitación o pendientes de iniciarla. Esta avalancha de megaproyectos es la que preocupa en distintas zonas de nuestra Comunidad y que pone en riesgo una transición energética justa, ecológica y sostenible. En lugar de priorizar las pequeñas instalaciones y las inversiones locales, el sistema está fomentando una burbuja de grandes extensiones solares”, ha manifestado, alertando de que “el desarrollo de las renovables a gran escala, especialmente eólica y fotovoltaica, puede suponer una pérdida de biodiversidad irreversible y con unas consecuencias impredecibles”.

Desde diferentes sectores universitarios, investigadores y científicos, así como entidades agrupadas en la Alianza por el Clima, se ha lanzado un manifiesto en el que se muestra la preocupación al respecto del daño irreversible a la diversidad que puede producir el proceso acelerado y sin control de la expansión de las energías eólica y fotovoltaica. “Por eso consideramos fundamental extremar los filtros legales para evitar que se puedan trocear proyectos por parte de las grandes empresas y grupos inversores y escapar de los controles de las instituciones públicas”, agrega.

En definitiva, concluye el responsable socialista “se trata de aprobar proyectos de energías renovables que no generen el rechazo de los territorios por su alto impacto ambiental y el deterioro de las actividades económicas de estas zonas, como está ocurriendo en gran diferentes provincias andaluzas, haciéndolas compatibles con una transición ecológica basadas en la sostenibilidad”.


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